JUGHEAD
Desperte con mi princesa recostada sobre mi pecho. Sentía su calmada respiración en mi piel mientras yo acariciaba su cabello. Ella me abrazo con fuerza y un quejido salió de sus labios.
— papi... Papi no te vayas — un sollozo se escapó de sus labios — papi no...
— mi amor... Princesita, despierta — con cuidado la recosté en las almohadas pero los sollozos seguían saliendo de sus labios y ella seguía sin despertar — amorcito, abre tus ojitos.
De repente ella abrió sus ojos que se cristalizaron al verme, escondió su rostro en mi cuello y sentí sus lágrimas empapar mi piel.
— ya está mi amor, estoy contigo, solo fue un sueño.
Aparte el cabello de su rostro y dejé pequeños besos en su cabeza tratando de calmarla... No me gustan nunca sus sueños, siempre son muy feos y ella despierta mal.
— papi... — susurro sobre mi cuello.
— estoy aquí, no me voy a ir a ninguna parte cariño — limpie sus lágrimas con mis dedos y dejé un beso en su frente — ¿Ya estás mejor? — ella asintió y me abrazo con fuerza — fue muy feo ese sueño ¿No? — volvió a asentir y yo volví a besar su cabeza — te amo princesita.
— yo te amo a ti papi, hasta las estrellitas.
Ella rasco sus ojos y yo aparte su mano para que no lo hiciera.
— papi, quiero mi chupete amarillo.
Yo lo tome de la mesita de noche y se lo pase para que ella lo pusiera entre sus labios mordiendo lo con fuerza.
— ¿Estás emocionada por nuestro viaje? — ella asintió y se acurrucó entre mis brazos — en un rato tenemos que levantarnos para organizarnos, mi amor, el vuelo es en la tarde — ella asintió de nuevo.
Yo peine su cabello hacia atrás y ella levantó su mirada dejándome ver esos hermosos ojitos verdes que tanto me gustan.
— papi lindo — balbuceo, ya que tenía el chupete en su boca.
— y tú eres la princesa más hermosa del mundo, la más tierna y la más bonita... — yo acaricie su mejilla — Tienes unos ojitos muy lindos, me encantan.
Ella sonrió y me abrazo con fuerza. Cómo me gusta cuando me abraza.
•••
— ¿Ya tienes todo listo mi amor?
— si papi, todo listo.
— bien. Iré a subir las maletas al auto, ya vuelvo por ti.
Dejé un beso en su mejilla y la dejé para que comiera sus gomitas, tome las dos maletas más grandes y las guarde en él baúl, luego volví por la pequeña mochila de Betty donde llevaba unos pocos juguetes.
Volví a la cocina donde la vi destapando otro paquete de gomitas, de inmediato se lo quite y ella formó un puchero con sus labios.
— no más dulces por hoy pequeña, fueron suficientes gomitas.
— pero papi, yo quiero más... — un puchero se formó en sus labios y yo negué con mi cabeza.
— no elizabeth, no más dulces — ella amenazó con llorar y yo la tomé en mis brazos para salir de la casa.
— no me gusta cuando me llamas así, es como si no me quisieras más — dijo apoyándose en mi pecho.
— yo te quiero demasiado princesa.
— lo sé papi.
Sonreí y besé su mejilla.
— ¿No crees que la falda está muy corta? Puedo sentir la piel de tu trasero.
— la falda está bien, me gusta así papi.
— esta bien.
Abrí la puerta de atrás y cuando iba dejarla en su silla ella se aferró más a mi.
— adelante papi, quiero adelante.
Suspiré — está bien.
La dejé en el asiento de copiloto y luego de poner su cinturón de seguridad dejé un dulce beso en sus labios.
Di vuelta al auto y me subí para poner el auto en marcha e ir al aeropuerto.
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Baby Girl
Teen FictionUna niña de tan solo seis años pasa por un gran accidente automovilístico junto con su familia, donde solo ella sobrevive. Diez años después ella decide escapar de esa casa de tormentas donde vivía y al hacerlo se encuentra una luz de esperanza por...