Capítulo LI

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JUGHEAD

Ya todos estamos en el aeropuerto, sentados en las sillas esperando a que avisen nuestro vuelo. Toni y Cheryl miraban algo en sus celulares mientras que yo tenía a Betty sobre mis piernas a nada de quedarse dormida.

Deslice mis manos por su espalda hasta llegar a su trasero, sentí los bordes de su falda y suspiré... No quiero que otras personas la miren.

Tome mi chaqueta y con ella la cubrí. Dejé un beso en su cabeza haciendo que abriera sus ojitos con mucha pereza.

— ¿Ya nos vamos papi? — dijo bajito.

— no mi amor, aún no, sigue durmiendo.

Ella levantó su cabeza y apoyo su mentón en mi pecho. Dejé un beso en sus labios y ella sonrió.

— Papi ¿Por que me pusiste tu chaqueta?

— no quería que te diera frío princesa — organizó su cabello detrás de su oreja y beso su frente.

Ella se volvió a apoyar en mi pecho y miro a Cheryl y Toni.

— Cher ¿Estás aburrida? Por que yo si.

La pelirroja soltó una pequeña risa y asintió — esto es lo único aburrido, esperar el avión, pero luego nos divertiremos mucho en Cancún.

— Cher ¿Cierto que papi es muy posesivo?

— en algunas ocasiones lo es... ¿Por qué?

— me puso su chaqueta porque dice que la falda es muy corta.

Ella soltó una carcajada y yo gire mi rostro un poco avergonzado, no quería que se diera cuenta de eso.

Sentí como Betty beso mi mejilla y puso una de sus manos allí.

— te amo mucho papi, aunque seas posesivo no te dejare de amar.

• • •

Luego del viaje que fue un poco largo y más que todo porque Betty estaba asustada por unos comentarios de mal gusto que hizo Toni que la atemorizaron mucho.

Tomamos un taxi y nos dirigimos al hotel, Betty miraba por la ventana todos los paisajes y yo la miraba con una sonrisa al ver su emoción. Me hace tan bien verla tan feliz, me encanta.

Llegamos al hotel y nos quedamos un rato en la recepción mientras Cheryl reclamaba las llaves de las habitaciones.

— Toni ¿Por qué eres tan seria? — pregunto Betty — mira que estamos en un lugar muy bonito y tú no te ves muy feliz.

— no lo sé Betty — dijo sin apartar la mirada de su celular.

— ¿A ti te gustan los unicornios?

— no, son muy coloridos y aburridos.

— oh, que mal, a papi no le gustan tampoco y por eso no me regala uno... ¿Tu has llegado a ver uno?

— no porque los unicornios no existen.

— si existen — ella me miró — ¿Verdad papi?

— si, mi amor...

— papi dice que si y papi nunca me miente.

— como sea — Toni rodo sus ojos, apagó su celular y se cruzó de brazos.

— ¿Estás enojada Toni? — preguntó mi princesa — ¿Te pasa algo malo?

— por dios Betty ¿Puedes callarte un segundo? Tu voz me estresa demasiado.

¿Por qué le habla así a mi bebé?

— Toni, te puedo pedir el favor de que no seas tan dura con Betty... Ella no te ha hecho nada malo para que le hables así.

Ella se levantó de su silla y se perdió entre las demás personas... Mejor así, no quiero que haga sentir mal a mi princesa.

— ven aquí mi amor — abrí mis brazos y ella se recostó en mi pecho.

— ella es muy grosera, no me gusta papi.

— lo sé, a mí tampoco me gusta que te traten así... Luego hablaré con ella y Cheryl ¿Si?

— está bien.

— que te parece si conversamos sobre nosotros.

— ¿Por qué papi?

— ¿recuerdas que dijiste que yo me enojo muy fácil y luego me desquitó contigo? — ella asintió — no sabía que eso era así y te prometo que trataré de cambiarlo... Tu no tienes la culpa de porque me enojo y no debo de desquitarme contigo.

— bueno papi.

— ¿Me perdonas? — acaricie su mejilla y asintió — eres preciosa — besé su labios — te amo tanto, tanto.

— yo también papi. Quiero más besitos.

Sonreí y empecé a dejar besos por todo su rostro dejándome ver esa hermosa sonrisa.




Minutos después ya nos encontrábamos en nuestra habitación. Betty corrió y se tiró en la cama, acomodándose entre todas las almohadas que habían. Yo dejé las maletas en el suelo y luego me acosté a su lado.

— ¿Estás cansada mi amor?

— si papi, fue un viaje muy largo... — ella se subió sobre mi y me abrazo, yo le devolví el abrazo cuando beso mi mejilla — gracias por traernos aquí papi, me haces muy feliz.

— a mí me gusta verte feliz.

Ella se separó un poco de mi y junto nuestras frentes.

— entonces, si te gusta verme feliz... ¿Vamos a tener sexo en la playa?

— aún no lo sé... Luego miramos ¿Si?

Ella bufo y yo besé sus labios.

Baby GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora