Capítulo LXV

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JUGHEAD

— ¡Papi!— escuche como me llamaba desde su armario — ¡Puedes venir por favor!

Dejé mi celular sobre la cama y me levanté para ir donde ella. Al entrar, me quedé quieto al ver el hermoso vestido que traía puesto... De color negro y largo, llega hasta sus pies pero con una abertura en su pierna. Se ajusta perfectamente a su cintura y tiene un lindo escote en la parte de adelante.

— papi — dijo pasando una de sus manos frente a mí — ¿Me escuchas?

— si... Te ves hermosa, mi amor.

— ¿Si te gusta? No sabía bien que ponerme.

— te queda perfecto, pareces una princesa de verdad.

Ella sonrió y bajo su mirada tratando de ocultar el sonrojo en sus mejillas pero yo me acerque para poder besar sus labios.

— ¿Para que me llamabas?

— oh, si. Necesito que me ayudes con el cierre, no soy capaz sola, papi.

Ella se dio vuelta e hizo su cabello a un lado, yo me acerque un poco y con mis dedos subí el cierre del vestido, dejé un dulce beso en su cabeza y con mis brazos rodee sus cintura para vernos en el espejo.

— nos vemos muy lindos juntos ¿No crees papi? — ella levantó su mirada para verme.

— así es, nos vemos hermosos.

Ella sonrió y se dio la vuelta para besar mi mejilla, rodeo mi cuello con sus brazos y junto nuestros labios.

— hueles rico papi — dijo después de nuestro beso.

— lo sé.

Una pequeña risa se escapó de sus labios y se apartó para tomar sus zapatos... Tacones, ella nunca usa tacones.

— ¿No te cansas con esos zapatos, princesa?

— no lo sé, nunca los he usado.

Me arrodille frente a ella y la ayude a ponérselos.

— ¿Sabes caminar con ellos? No quiero que te lastimes o algo así.

Ella se levantó y tomo mis manos.

— creo que es fácil, es como caminar en la punta de los pies.

Suspiré y la guíe para salir de la habitación. La ayude a bajar las escaleras y salimos de casa para ir hasta el auto.

— ¿Donde estan Cheryl y Toni?

— creo que salieron... Aún así, eso no nos importa. Esta noche es solo para los dos.

— ¿Que vamos a hacer en nuestra cita papi?

— ¿Que quieres hacer tu?

— mhmm... Creo que me gustaría ir a un restaurante bonito y cenar contigo papi... También quiero un helado.

— bien, eso haremos entonces.

Encendí el auto y empece el camino hasta el primer restaurante que me vino a la cabeza.

• • •

—¿Por qué me miras tanto, papi? — dijo con la boca llena.

— no hables cuando tengas comida en la boca.

— lo siento — ella tomó un poco de su bebida y volvió a mirarme — pero responde mi pregunta ¿Por qué me miras tanto?

— porque me gustas y te ves muy hermosa.

Sus mejillas tomaron ese tono carmesí haciéndome sonreír. Tome su mano y bese sus dedos.

— te amo princesa... No logras imaginar cuánto.

— yo también te amo a ti papi, hasta las estrellitas.

— muy bien, ahora termina de comer que tengo una sorpresa para ti.

— ¿Sorpresa? ¿Que es?

— termina de comer y lo sabrás.

• • •

— ¿Donde estamos papi? — preguntó cuando estacione el auto.

— deja de hacer tantas preguntas, ya verás.

Bajamos del auto y yo tome su mano para poder guiarla. Caminamos un poco lento ya que al tener que subir una colina y ella con sus tacones se le dificultaba aunque no puedo negar que aprendió a dominarlos.

— papi, estoy cansada — formó un puchero con sus labios.

— ven aquí hermosa.

La tomé en mis brazos y ella se aferró con fuerza a mi cuerpo. Por unos cuantos minutos más camine hasta llegar al lugar.

— ¿Por qué estamos aquí papi? — dijo al ver la cabaña.

— quiero pasar un lindo momento contigo... Alejado del mundo, solo tú y yo.

— ¿Vamos a tener sexo? — preguntó.

— tal vez... Solo si quieres.

— si quiero.

Sonreí y abrí la puerta. La dejé en el suelo y luego encendí las luces para poder ver su reacción... Sonará muy cursi pero quise tener un gesto romántico e hice un camino de rosas hasta llegar a la habitación y bueno ya imaginarán como está la habitación... Con globos y más rosas.

— ¿Tú hiciste esto? — me preguntó con emoción.

— ajá ¿Te gusta?

— Si, es hermoso papi.

— espera a ver la habitación...

Ambos subimos las escaleras y ella gritó de emoción al ver los globos rosas.

— esto es muy lindo... Tendremos sexo rodeados de rosas y globos rosas — ella se recostó en la cama y yo me hice a su lado.

— ¿Si te gusta?

— si, es muy tierno y cursi. Me encanta... ¿Por qué lo hiciste?

Me apoye en mi antebrazo para poder mirarla.

— no sé si lo recuerdes pero hoy, hace ocho meses te conocí a ti... Al amor de mi vida.

— ¿De verdad crees que soy el amor de tu vida?

— claro que sí mi amor, estoy súper seguro de eso.

Ella sonrió y se pudo sobre mi.

— te amo mucho papi.

— yo a ti preciosa.




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