Baby Girl

Capítulo XV

JUGHEAD

Desperté a las seis de la mañana. Me quedé observando a Betty dormir por un rato y luego me levanté con cuidado de no despertarla, la arrope bien con las mantas y luego tomé una ducha.

Me organicé y bajé a la cocina para prepararme un café junto con el biberón de Betty.

Subí las escaleras de nuevo y deje el biberón en la mesita de noche y separé la ropa de Betty.

Dejé un beso en su mejilla y salí de la habitación. De nuevo bajé las escaleras y entre mi oficina, me senté en la silla de mi escritorio y abrí la computadora para entrar a la llamada que tenía.

Decidí que hasta que Betty no entre a la escuela continuaría trabajando en casa, porque la verdad no me agrada mucho la idea de que ella pase tanto tiempo sola en casa.

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Horas después, Betty entró a mi oficina con su biberón entre sus labios y con Blash en una de sus manos.

«siempre se ve tan hermosa»

Apague la cámara y me levanté para tomar a Betty entre mis brazos.

— ¿cómo dormiste pequeña?

Ella asintió con su cabeza dándome a entender que bien, para no dejar de tomar la leche de su biberón.

Me senté de nuevo en mi silla pero con Betty sobre mis piernas. Deje un beso en su mejilla y acaricie su cabello.

Cuando terminó su leche ella hizo un puchero en sus labios viéndose totalmente adorable.

— se acabó papi. Yo quiero más.

— no hay más princesa, pronto vamos a desayunar.

— pero yo quería más.

Un sollozo salió de sus labios amenazando con llorar y suspiré — mira, porque mejor no te pones tú chupete y esperamos unos minutos a que papi termine esta reunión con las personas aburridas y vamos a desayunar.

Ella asintió y se recostó en mi hombro cerrando sus ojos.

— ¿les parece bien una pausa para desayunar? — hable en la llamada.

Todos aceptaron y salí de aquella reunión que ni me interesaba y caminé con Betty hasta la cocina. La deja en la encimera y bese sus labios.

— ¿Qué quieres desayunar princesa?

— pancakes con fruta

— Muy bien pequeña.

Prepare la mezcla y al estar hechos los deje en la parte más grande de la división del plato y en la más pequeña deje rebanadas de banano.

— papi ¿Le puedo poner estrellitas?

— si princesa.

(No tengo la menor idea de que hay en el otro lado, entonces hagan de cuenta que no existe)

Deje el plato en el comedor y tome otra taza de café para mi.

— ¿Por qué no comes princesa?

— tu papi.

— ¿Quieres que te lo de yo? — ella asintió con su cabeza y yo empecé a darle la comida.

— papi — dijo con comida en la boca.

— traga la comida primero y luego hablas pequeña.

— papi ¿Por qué trabajas tanto?

— porque es importante y también porque necesitamos el dinero.

— pero ya tienes mucho

— necesito mucho más — dije y le di otra rebanada de pancake.

Cuando termine de darle la comida a Betty, ella tomó chocolate de su vasito y el timbre de la casa sonó.

Abrí la puerta y suspiré al ver a Cheryl.

— ¿Qué haces aquí Cheryl?

Ella me empujó y entró a la casa sin mi permiso. La seguí y ella se detuvo en medio de la sala.

— vine a pedirte perdón, a ti y a Betty. Yo me comporte como una estúpida con ustedes y es solo que... — ella se detuvo pensando en las palabras correctas que iba a decir — solo que tenía miedo.

— ¿miedo a que? ¿A Betty? — fruncí mi ceño confundido.

— a perderte Jughead, a que te alejarás y que no me hablaras más...

— Cheryl es estúpido, como crees que dejaría de hablarte. Eres mi hermana, eres la que siempre me ha apoyado y me ha ayudado a enfrentar a mamá. Eres muy importante para mí.

— me perdonas por ser tan grosera con ustedes — noté como sus ojos se cristalizaron.

— Claro que sí, eres mi caperucita roja — dije dándole un abrazo.

— no me llames así, sigo siendo tu hermana mayor.

Escuché los pasitos de Betty y se detuvo al vernos abrazados. Yo le hice una seña para que se acercara y así lo hizo.

— hola Cheryl — dijo Betty jugando con sus dedos.

— Betty, hola... — yo miré a Cheryl y ella suspiró — yo quería pedirte perdón por lo que pasó el otro día en mi casa.

Betty sonrió y abrazó a Cheryl. No esperaba eso. Cheryl le correspondió al abrazo y sonrió.

— puedes ser ahora como mi hermana mayor, si tú quieres.

— claro que me gustaría

Yo sonreí y besé la mejilla de cada una. Me dejó tranquilo saber que ya no pelearía más con Cheryl.

— papi ¿Puedo jugar un rato con Cheryl?

— si ella puede quedarse, si.

— ¿Tú quieres Cher? — ella hizo un puchero con sus labios. De esa forma siempre lograba convencerme.

— me encantaría linda, pero-

— porfis Cher, te podría presentar a Blash.

— esta bien...

Betty tomó la mano de Cheryl y prácticamente corrió hacia las escaleras arrastrando a Cheryl con ella.

Reí y regresé a mi oficina para continuar con el trabajo. El día de hoy en realidad no me importaba de lo que hablaban los demás, eran cosas que no tenían nada que ver con lo mío y me aburre demasiado.

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