Capítulo XXXIV

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BETTY

Esperaba a Jughead recostada en el sofá, estoy ansiosa porque llegue, quiero mostrarle mi nota del último examen que tuve en el semestre, obtuve un 10 y se que el se pondra igual de feliz al saber que por fin salí a vacaciones, las que tanto hemos esperado.

Jugué con los dedos de mis manos, empezaba a aburrirme. El dijo que tuvo un problema en la empresa y por eso West me trajo a casa, aunque se fue rápido y no quiso quedarse conmigo, dijo que tenía que ir con su mamá.

El sonido de la puerta me sacó de mis pensamientos y me senté de inmediato encontrándome con un Jughead muy cansado. Dejó su saco en uno de los sofás y también quitó su corbata.

Sus ojos se posaron en mí y una pequeña sonrisa se formó en sus labios, se acercó a mí y dejó un pequeño beso en mis labios.

— hola princesa ¿Cómo te fue hoy?

— muy bien papi pero veo que a ti no — quite el cabello que caía sobre su frente — ¿Quieres hablar de eso papi?

Él negó — solo quiero que me des de tus besos, nada más, solo eso — beso de nuevo mis labios — ¿Quieres princesa?

— pero tengo una sorpresa para ti — el alzó sus cejas — se que te gustará mucho, mucho.

Me levanté del sofá y caminé a mi mochila, saque la hoja de un cuaderno y se la pasé.

— saque 10, como te lo prometí papi.

Él miró la hoja y luego a mi, una sonrisa más grande que la anterior se posó en sus labios.

— Ven aquí mi amor.

Sonreí y me senté sobre sus piernas, tomó mi rostro entre sus manos y estampo sus labios con los míos, creando una guerra entre nuestras bocas.

— ¿por fin estás en vacaciones?

Asentí — estamos en vacaciones papi, ambos— él suspiró y negó — pero tú lo dijiste, cuando me ayudaste a estudiar para el examen. Dijiste que si ganaba el examen con la mejor nota, dejarías el trabajo por un tiempo.

— Lo siento pequeña, dos semanas más y luego tendré toda mi atención para ti.

Hice un puchero con mis labios y mis ojos se cristalizaron — es mucho tiempo y tú lo prometiste papi. Tú dices que las promesas no se rompen.

— Perdón mi amor, solo serán dos semanas, nada más.

Me baje de sus piernas y me tire en el sofá escondiendo mi cara en la almohada, tal vez esté siendo muy dramática pero él lo prometió, dijo que estaríamos todos estos días juntos, sin separarnos ni un segundo... Y todos estos días hemos estado muy distantes, él por su trabajo y yo por repasar para los exámenes finales.

Sentí sus manos en mi cintura y como ponía su cuerpo sobre el mío.

— princesa — susurro en mi oído — sé que lo prometí pero no pensé que pasarían problemas en la empresa.

— ¿Tienen que ver con Scarlet?

— no, pasó algo con unos contratos, muchos contratos que me toca revisar uno por uno para poder firmar.

— Tienes a tus abogados.

— sí pero también me gusta rectificar todo por mi mismo. Solo confío en mí, en ti y en Cheryl.

Empezó a dejar besos por mi hombro hasta llegar a mi nuca causándome escalofríos. Apartó el cabello de mi rostro y continuó con los besos por solo esa parte de mi cara.

— mirame princesa — negué cerrando más fuerte mi ojos — abre esos lindos ojitos por favor.

— ¿Quieres que te enamoré más? — susurré

— Por favor mi amor — beso mi mejilla.

Los abrí y me encontré con su rostro tan cerca del mío, nuestras respiraciones mezcladas y nuestras narices rozándose.

— Solo serán dos semanas y si quieres me quedo en casa trabajando o vienes conmigo al trabajo ¿Te parece?

— prometes despertar a mi lado siempre y que tomemos duchas juntos todos los días.

— Si es lo que quieres, si pequeña.

Sonreí y él besó mis labios.

— Te amo papi.

— yo a ti.

— Si rompes de nuevo tu promesa me enojaré mucho y no te perdonaré tan fácil.

Asintió — bien.












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