09. Cremación.

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Narra Narradora

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Narra Narradora

Era medio día y un dúo de amigas se encontraban caminando. Habían hecho unas compras juntas, en realidad solo Sydney ya que Ophelia solo la estaba acompañando.

Además de algunos mandados.

¡Dios! Por fin terminamos con todo ese papeleo, ya estaba harta. —Ríe la castaña—. Pero lo que me motiva de todo esto, es que por fin cumpliré mi sueño.

—Se que le encantaras a esos niños, Dede. —Se sonroja—. Tienes tú encanto con ellos, se que te amarán.

Ophelia le sonrió a su amiga, realmente la quería demasiado y estaba feliz por ella. Es decir, ellas se conocían desde hace algunos años ya y se habían visto crecer mutuamente. Así que ahora verla cumplir su sueño frustrado, era maravilloso.

—¿Lo crees?

—Lo se, Sydney. —Le dio un abrazo, logrando que ambas rieran.

—¿Quien sabe? Tal vez conozca a un padre soltero... —La contraria rodó los ojos, negando para solo terminar riendo—. Fue inadecuado, no digas nada.

—Ya quiero verte en una relación formal, es decir. Con Andrew no es que la tuvieras, pero después de Ethan no te he visto con alguien teniendo una relación formal. —Suspira—. Y no es que tengas que estar con él para tener algo estable, por que ya sabemos como es tu padre que quiere que estés con él.

Sydney asintió, tomando de su bebida.

—Y no necesitas a un hombre para ser feliz, claro está. Pero no me imagino viéndote con una pareja. —Recibe un leve golpe—. ¿Que? Ni siquiera me dejas terminar.

—Yo si puedo tener algo formal si así quiero.

—No digo que no puedas, eres Sydney Harper. Eres hermosa, tienes tu propia marca y sabes lo que quieres. No me puedo imaginar a tu pareja tratando de "domarte"cuando eres un alma libre.

—Sabes que si las cosas con Ethan se hubieran dado, sería totalmente diferente... Y no hablemos de Andrew, por que claramente no se pudo.

Ophelia llevo sus manos a su boca, fingiendo ponerle un candado y botarlo.

Siguieron caminando y pararon en un restaurante para almorzar algo, además de tomarse algunas fotografías con algunos fans de ellas e incluso unos cuántos autógrafos.

—Se que nos hemos topado con algunos paparazzis, pero no han estado hostigándonos como la última vez. —Pausa—. ¿No crees que fue por Adam? Es decir, nos defendió y por eso ahora son más tranquilos en general.

—Seguramente, odiaba que fueran tan hostiles. Ahora que termine de grabar las últimas escenas de Star Wars, estoy segura que querrán saber sobre la película y todo eso.

—Aún no puedo creer que eres del mundo de Star Wars, ese siempre fue mi sueño de niña al ver las películas y ver qué tu lo estás logrando.—Sonrió—. Que envidia, de la buena.

𝐃𝐑𝐎𝐖𝐍 | Joe Goldberg Donde viven las historias. Descúbrelo ahora