48. Celos.

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Narra Narradora

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Narra Narradora

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—¿Si sabe entonces quien es? —Calvin vio al rubio con duda, no quería enfadar a Forty.

—Carajo, ¿vives bajo una roca o que? —Silencio—. Es Sydney Harper, la mayor diseñadora de ropa del momento. ¿Como carajos no te diste cuenta?

Calvin no sabía que decir, estaba avergonzado. Él estaba con una idea de que ella tenía el pelo rubio, pero a un así, no había excusa.

—¡Sydney Harper! Carajo, cuanto tiempo. —El se acercó al dúo, e inconscientemente Sydney puso a Geraldine detrás de ella.

—Forty. —Sonrió.

—¿Como has estado? Bueno, por lo que vi en las redes. Estas de... ¿Que tal Nueva York?

—Fantástico, en verdad. —Por la forma que vio a Forty mirar a Geraldine, sabía que quería conocerla.

—¿Y no me presentarás a tu amiga, Dede? —La ojiverde quiso vomitar ahí mismo, pero Love se acercó a ellos e interrumpió el momento.

—Sydney... Wow, es realmente impresionante verte de nuevo. ¿Verdad Forty? Pero necesito que ayudes a Calvin a organizar las cosas en la bodega.

Geraldine no había notado la tensión entre ellos tres, a si que ella ya había elegido lo que quería y le dijo a Sydney.

—Iré a la caja, ahorita regreso. —Sonrió a los mellizos y se fue del lugar.

Ambas sonrieron y vieron como se fue dejándolas solas. El silencio era evidente junto su incomodidad.

—Bueno, fue un gusto verte Love. Pero ya me estoy yendo. —Está al ver como se iba, tomó su brazo.

—Me estoy mudando, cerca de tu casa. —Sonrió tímida, algo que Sydney noto y se acercó un poco a ella.

—¿En serio? ¿Y tu otra cosa? Las casas de ahí son enormes, espacios abiertos y muchas ventanas.

—Oh, ya sabes como soy. Me gusta tener todo ordenado. ¿Como has... Estado? Tenemos mucho tiempo de no hablar y...

Sydney no sabía si creerle, a veces podía ser muy falsa con las personas y lo sabía por qué alguna vez fueron mejores amigas. Pero se notaba en su mirada, estaba triste.

—Bien, todo está de maravilla. —Sonrió—. Lamento lo de James, el, bueno. Ustedes merecían mucho más.

Love se quedó en silencio, viendo a un punto en específico sin decir nada.

—Gracias, en verdad. —Trato de sonreír pero Sydney la abrazo.

—Tranquila, no debes de fingir. —Ambas se vieron, enternecidas.

𝐃𝐑𝐎𝐖𝐍 | Joe Goldberg Donde viven las historias. Descúbrelo ahora