🔪 ━━━ ❝ ¿Serias de esos amigos que te ayudan a cavar una tumba, o serias de los que llaman a la policía? ❞
🩸 ┃ Donde Joe Goldberg
quiere domar sus demonios internos,
tratando de conquistar a Guinevere
Beck mientras que por un gracioso
e incómod...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Narradora
Era de noche y Sydney despertó por un gran golpe en su ventana, asustada se levantó de su cama buscando entre su bolsa algo con que defenderse.
Percatándose que no era su habitación en Los Ángeles, si no de la Nueva York.
—¿Pero que carajos? —Dijo asustada mientras miraba a su alrededor.
¿Como era posible que estuviera en esa casa? Si ella estaba en Los Ángeles, con su padre y hermana cenando hace no mucho. Al no saber qué hacer, fue al baño del cuarto y encendió la luz. Prácticamente todo debería estar normal, tenía la ropa que había decidido usar para dormir, pero algo no cuadraba para la ojiverde.
Nada tenía sentido.
Abrió el lavamanos para poder mojarse la cara y poder aclarar sus ideas, cerrando sus ojos al sentir el agua fría en su cabeza.
—¿Que demonios está sucediendo? —Se decía así misma mientras se pasaba al agua por su rostro.
Hasta que abrió los ojos y vio en sus manos lo que debía ser agua, era sangre.
Dio un gran salto, golpeándose la espalda en el proceso con la puerta. No podía creer lo que tenía enfrente de ella, el lavamanos estaba repleto de sangre. Y no hablar de verse a ella misma en el espejo.
Tenía la misma ropa del día que Ethan asesino a Andrew. Incluso hasta el color de pelo.
—Esto es un sueño, una pesadilla. —Susurro, tomando una toalla colgada y limpiarse la ropa con desesperación.
Hasta que escuchó un golpe en el primer piso, algo había caído al suelo. Asustada agarró un jarrón que tenía en el cuarto, lo se que sea que se encontrara en la casa, no dejaría que la atrapasen fácilmente.
Abrió lentamente la puerta de su habitación para no hacer ruido, logrando llegar hasta las escaleras y bajar con cuidado y tratando de no ser vista.
Fue cuando los vio.
Y se vio a ella misma con el cuerpo de Andrew en el suelo.
Se acercó alarmada, también viendo la escena desde otra perspectiva.
—El... El, lo mato... Joe, yo...
—Tranquila, tranquila... —Fue cuando Sydney se dio cuenta que Joe siempre tuvo el control.
¿Y como no tenerlo? El mismo le había confesado que había tenido que hacerlo antes.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
