🔪 ━━━ ❝ ¿Serias de esos amigos que te ayudan a cavar una tumba, o serias de los que llaman a la policía? ❞
🩸 ┃ Donde Joe Goldberg
quiere domar sus demonios internos,
tratando de conquistar a Guinevere
Beck mientras que por un gracioso
e incómod...
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❝ LIBRERÍA ❞
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ERA VIERNES Y SYDNEY SE LEVANTÓ TEMPRANO ESE DÍA causa por el "cambio de horario" el cual no era mucho, pero que si cambio en su cuerpo. Aprovechando para poder sacar unos bocetos para nueva ropa, además de ver que todo estuviera bien en la presa.
Ya sea en pagos, demanda y todo lo que representaba. Hizo unas pequeñas reuniones por Zoom con sus abogados, marketing, contadores, entre otros. El hecho que ya no esté en Los Ángeles no le impide seguir haciendo su trabajo.
Lo bueno es que tenía algunas tiendas en Nueva York y podría visitarlas.
—¿Mucho trabajo? —Preguntó Margaret recostada en la entrada de la puerta con dos tazas de café.
—Ya sabes cómo es, el hecho que no esté ahí no significa que todos estén de vacaciones.
Esta negó, entrando a la habitación hasta llegar donde estaba sentada su sobrina y entregarle su taza, la cual era la que usaba de niña que aún conservaba.
—¿Lista para ir a conocer la cafetería que tanto te hable? Podemos ir después a la librería. —Tomó un trago de café—. Está enfrente del local.
Sydney dejó caer su cabello que ya hacía en una coleta, estirándose.
—¿Como dices que se llama la librería? —Tomó un sorbo de su café—. ¿Y porque tanta insistencia en ir a esa librería?
—Se llama Mooney's. —Pausó—. La conocí gracias a una amiga. Estaba buscando desesperadamente un libro y en todas las tiendas conocidas que fui a aparar en esta gran ciudad, siempre estaban agotadas y cuando me estaba por rendir. Alicia me nombró el lugar y no dudé en ir.
—Tal vez compre algo, ya sabes, para los niños. —Dejó recostar su cuerpo en su cama, inhalando el olor a vainilla—. Pero eso no responde a mi pregunta.
—¿Insistencia? ¿Por quien me tomas? Solo me gustó la idea que mires la librería, tal vez encuentres algo que te deje consternada. —Sonrió, levantándose de su lugar y caminar hasta la puerta—. Me iré arreglar... No puedo irme con el cabello de esta forma a la cafetería.
—Eso no me motiva mucho que digamos, Magi. —La contrario rio, limpiando algunas pequeñas lágrimas.
—Te veo dentro de un rato, Dede. Tengo que arreglarme para ir a la cafetería, no me gustaría que me vieran de esta forma.
—¿Acaso tienes una reputación que cuidar, magi? —Vio sorprendida a su tía, no solo por el sonrojo que le provocó, si no que también le había evitado la mirada.
