44. ¿Que hay de mi?

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Narra Narradora

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Narra Narradora

Karen Minty.

O

Sydney Harper.

Las dos eran buenas opciones, una por su parte era enfermera. Ayuda a las personas y ayuda a su mejor amiga claudia con las drogas.

Y sobre todo, que es buena con Paco.

Sydney de igual forma, ayuda a los orfanato y a hospitales con las ventas de sus ganancias.

Pero ninguna era Guinevere Beck. Y el mismo sabía que estaba mal, que estaba bien con cualquiera de las dos. Pero su corazón solo gritaba el nombre de la rubia. El siempre ha estado esperando una chica como Sydney, leal y fiel. Alguien con quien entregar cuerpo y alma.

¿Entonces por qué no está conforme?

—¿Estas bien, bebe? —Joe volteó a ver, a su lado estaba Karen arreglando los libros de su estante.

—Si, solo... Estaba pensando. —Se levantó de su sillón y le dio un beso en los labios.

—¿Te gustaría ir por un helado? Muero por uno. —Sin nada que hacer, acepto. Tomando su abrigo.

Realmente, aún que sabía que en un futuro podría llegar a sentir algo por Sydney. No podía seguir con esa mentira.

'Por supuesto, somos un gran equipo. Nos entendemos por completo, es hermosa, leal, y es todo lo que siempre pedí, pero... No es lo que busco en estos momentos.' Pensó serio.

Tenía su brazo cruzado con el de Karen, estaban yendo al lugar favorito de Sydney y Joe.

—¿Como dices que se llama tu amigo del trabajo? —Karen iba en llamada con una amiga, algo que incomodo a este.

Algo en común con Beck.

Punto para Sydney.

—Se llama Ethan. —Trato de sonreír, pero fue más su amargura.

'No me merezco el amor de Sydney, ella es luz, es esperanza. Ella no merece mi oscuridad. Mis demonios. Ella no debe pasar por más. Ya sufrió lo suficiente como para que mis demonios la consuman.

¿Que quieres comer? Aparte del helado.

Ella siempre ha estado para mi, sin dudarlo ella me ayudaría y no me juzgaría. Pero, ella merece todo en el mundo. Que no me la merezco. Ella merece más que un pobre chico con el corazón roto.'

¿Bebe? ¿Qué sucede? —Karen paró, poniéndose enfrente de Joe.

—Estaba pensando en el trabajo, ya sabes... A veces es un desastre. —Dijo sin más, haciendo que la morena le diera un beso.

—Lo entiendo, a veces trabajar con claudia puede ser un martirio. —Silencio—. Es solo que has estado callado todo el día y eso me preocupa, es decir. Más de lo normal.

𝐃𝐑𝐎𝐖𝐍 | Joe Goldberg Donde viven las historias. Descúbrelo ahora