Capitulo 18.

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Leyna.

En la plena oscuridad de mi habitación, noto una sombre proveniente de una esquina, una sombre que me observa con demasiada atención para mi gusto. Enfocándome más en aquella sombra noto que es Dominik.

A juzgar como se ve el cielo puedo intuir que no son más de las 4:00 A.M., me incorporo bajando un poco las sabanas y le digo:

- ¿Qué haces despierto a esta hora?

-Tenía muchas cosas en la cabeza, no podía dormir. - me dice con la mirada perdida.

-Ven a la cama. - digo casi en un susurro.

- ¿Alguna vez has matado a alguien? - me dice de la nada y yo abro los ojos sorprendida.

- ¿Por qué preguntas? - digo sin más, tratando de evaluar su expresión.

-Dijiste que ibas a responder mis preguntas, quiero que lo hagas ahora. - me dice serio.

-Está bien, pero ven aquí y siéntate a mi lado, me pone nerviosa que estés allá.

-Primero debes responder mi pregunta, ¿alguna vez has matado a alguien? - repite.

-Lo he hecho, pero ninguno era inocente, todos habían hecho cosas malas. - le digo y veo como camina hacia mí, lo único que tapa su tan agraciada anatomía es un pantalón de pijama.

- ¿Qué poder tienes tú para decidir por los demás? ¿Por qué o has hecho? - me dice con el ceño fruncido mientras se sienta a mi lado.

-Veo que tienes muchas preguntas. Te voy a explicar todo, pero necesito que no me interrumpas porque la historia es larga. - Hace un ademan de que siga.

<<Vengo de una familia conocida en el bajo mundo por ser líder de una organización algo ilegal pero protegida por los gobiernos, que pretende acabar con el mal de la sociedad que no es fácil de sacar de forma legal y limpia. Básicamente hacemos el trabajo sucio que los gobiernos necesitan y por eso tenemos inmunidad ante la ley.

<<Esta familia es por parte de mi madre, la cual como sabes murió hace años, dejándome a mí como su sucesora y por ende su líder suprema, papa acepto esto como último deseo de mi madre y me entreno desde niña para llevar este cargo, que fue dirigido por el hasta que tuve la edad suficiente, por esto mismo nunca me vi mucho en el mundo de elite y solo fui conocida una vez podía defenderme por mí misma.

<<Como pudiste ver, al ser la líder soy la persona que tiene el mando absoluto de todo lo que hacen los demás, por esto tengo muchos enemigos que darían lo que sea por ver rodar mi cabeza, por eso mismo Mason es tan obsesivo con mi seguridad y nunca estoy sola, aunque no lo notes. De hecho, desde que asumí el cargo el trabajo ha sido más eficiente que nunca por lo cual tenemos más enemigos que nunca.

- ¿Por qué tienes que matarlos? ¿no podrías entregarlos y ya? - me pregunta una vez ve que he terminado.

-Porque aquí o matas o te matan y yo no soy ninguna presa, no soy precisamente inocente, pero sé que lo he hecho por un bien mayor. Algunos pocos me los piden vivos, pero tengo muchas muertes sobre mí. - le explico. Veo como se queda un rato pensando y supongo que está procesando todo lo que le he dicho.

- ¿Por qué el tipo que venía contigo no ha usado tu nombre y Zimmerman tampoco? - pregunta.

-Se tiene la orden de no nombrar mi verdadero nombre, solo por seguridad y porque suena super misterioso. - bromeo con lo último intentando romper un poco la tensión.

- ¿Quién era el tipo que llego y que nos acompañó al hospital? - dice aun con el ceño fruncido.

-Era el mejor amigo de mi madre y el jefe de seguridad, es casi como mi tío.- hago una pausa. - las personas que llegaron son parte del escuadrón elite de la Organización Alfa, crecí con la mayoría de ellos, aunque siempre han sido mayores que yo, y desde siempre han tenido la orden de protegerme sobre cualquier cosa. - le explico.

Mister Russo. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora