Capitulo 42.

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Leyna.

La vida me sabe a jugo de tomate de arbol caliente.

Ese sabor me hace fruncir el ceño.

¿Quien le hizo tanto daño a la persona que creó eso?

Mantengo la mirada desanimada mientras escucho a Aurora hablar de no se que pasarela y no se que suma de dinero. Parece que mi cerebro hubiera perdido toda capacidad de estar presente, es como si estuviera fuera de mi cuerpo.

Eso estaría bastante bien, me está empezando a gustar la idea de ver toda esta situación como de tercera persona, como si no fuera yo la que sufre.

-¿Me estas escuchando?- me pregunta Rory mientras me mueve.

-No me sirve de nada mentir.- le digo encogiendo los hombros.

-No me gusta verte así.- se sienta a mi lado y pone su mano en mi frente.

-¿Que pasa?- le pregunto al ver ese gesto.

-Has estado palida y con mareos, ¿no?- dice poniendo su mano en mi cuello.- ¿Estas comiendo bien?

-Mas que bien.- le digo girando los ojos mientras me levanto la camisa, dejando ver los rollitos que he ganado estas semanas.

-No has pensado que...- dice con los ojos abiertos.

-Que, ¿que?- pregunto.

-No, nada.- niega con la cabeza.- no dejaré que se te dañe ese buen culo que tienes, no hemos traído equipaje así que vamos a it a comprar ropa.- sin darme tiempo para negarme, tira de mi hasta la puerta.

Estoy vestida como si me acabará de pasar un apocalypse y por poco hubiera sobrevivido, con un pantalón corto, una camiseta 2 tallas más grandes que la mia y unas zapatillas algo sucias. Esto ha sido lo que me presto Aurora y es increíblemente cómodo.

Caminamos por las lindas pero concurridas calles de Roma y por primera vez en la vida, no veo a nadie guapo.

¿Donde están los italianos ardientes?

Yo tenia uno y lo dejé.

Parece que emito un quejido, porque Aurora voltea hacia mí. Le digo con la mirada que no pasa nada y seguimos, hasta que entramos a un centro comercial que también se ve bastante recurrido.

El cambio de temperatura me provoca un mareo y debo parar para sostenerme en el brazo de Rory, que me ve preocupada.

-Creo que voy a vomitar.- le digo mientras respiro, pero ese acto le hace notar el fuerte olor a coco que se encuentra por el lugar.

Ella no habla y a paso rápido me lleva al baño, el cual por suerte está vacío. Entro al primer sanitario que encuentro y dejo salir toda la comida que llevaba conmigo, las lágrimas salen por mis ojos mientras poco a poco mis arcadas se calman. Rory detiene mi cabello y acaricia mi espalda, aunque se que ella también debe tener cara de asco.

Cuando termino me ayuda a levantar y vamos al lavabo, en donde enjuago mi boca y me mojo un poco la cara intentando volver a la realidad.

-Ley, ¿Puedo hacerte una pregunta indiscreta?- le dice mientras me peina un poco.

-Dispara.- me digo mientras con la mano hago una forma de pistola y me la pongo en la cabeza.

-¿Hay posibilidad...?- no termina la frase.

-¿Hoy estas tonta o por que no logras terminan una simple frase?- me río de ella.

-Siempre estoy tonta.- Parece que dice más para ella que para mí.- Pero ese no es el punto.

Mister Russo. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora