Capitulo 44.

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Mason.

Juro que si la agarro la mato.

Primero voy a ver que este bien y luego voy a acabar con ella.

No puedo creer que con el estomago abierto, haya decidido escabullirse y lo peor de todo es que se ha llevado la puta Ducati, no le basta con estar herida y se ha escabullido en una maldita motocicleta a saber donde con saber quien.

Claro que se con quien, no soy estúpido.

El maldito de Nikolai seguro le ha dicho que debe ir a sabra dios donde por Russo. Entiendo que ella haya ido, se que no es tonta y espera que la rastree y así podamos dar con la ubicación de todos pero, ¡joder!, esta herida. Retiro lo dicho, es tonta. Pero es una tonta con muchos ovarios.

El señor Heim se encuentra de los nervios, ya que fue él el que noto la ausencia de su heredera. Es peor porque el no está acostumbrado a este mundo, tengo entendido que él nunca estuvo muy sumergido y cuando la señora Heim murió, este solo lo hizo funcionar desde fuera hasta que Leyna tuviera la edad para poder mandar.

Por eso y por muchas cosas más, estoy orgulloso de ella, ha hecho tanto en tan poco tiempo que merece lo mejor de este mundo.

Ella no debería estar pasando por esto.

Entro a la pequeña oficina que tengo en esta casa y veo que los chicos que están intentando obtener la dirección de Leyna, no tienen suerte. Pasa algo extraño y es que en un punto su señal se perdió, como si se la hubiera tragado la tierra.

Tenemos la teoría de que hay un tipo de bloqueador de señal que nos impide encontrarla y en estos momentos están buscando la forma de evitarla, pero quien hizo esto, sabía lo que hacía.

Solo espero que no se meta en problemas en lo que la saco de allá.

°° °° °°

Leyna.

Maldita loca enferma, ¿que se cree esta niña?

-Responde, maldita zorra astuta.- me grita Alissa.

-¿Por qué no me obligas?- la provoco.

-Ya veras, estupida.- dice y en un rápido movimiento me jala del cabello, lo que no sabe es de mis entrenamientos y de que en dos movimientos logró tenerla en el piso bajo mi cuerpo. La tengo agarrada del cuello y hago la suficiente presión como para que no pueda moverse.

Con una patada, me sacan de encima de Alissa, son esos estupidos grandulones, uno de ellos me ha dado para alejarme y los demás se acercan a mi cuerpo que aún está recuperándose del golpe, para embestirlo con sus grandes pies.

No se cuantas patadas me sueltan, pero el dolor en mi herida y en mi estómago en general, se están volviendo insoportables.

-Basta, idiotas, quiero una mujer, no un pedazo d carne molida.- les grita Nikolai.- llevenla al hoyo.

Los gorilas hacen caso y uno de ellos me toma como un bulto de papas, haciendo peor mi dolor. Intento aprender el camino por el que me llevan y en poco tiempo, abren una puerta que se nota que es pesada y de un solo golpe me tira en el suelo frío.

El cuarto está oscuro, por lo que solo logro ver ciertas sombras, pero es un olor característico que llama mi atención. Mi corazón se hincha de ilusión.

-¿Dominik?- pregunto casi en un susurro.

-Cariño...- escucho que dice aun más bajo. Mis ojos se llenan de lagrimas e intento acercarme al lugar de donde escuché el ruido

-¿Esta bien?- digo una vez logro encontrarlo, tomo su cara entre mis manos y lo examino, tiene moretones y el labio roto.

-Ahora que estas aquí, si.- dice y se me encoge el corazón.

Mister Russo. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora