Capitulo 24.

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Maraton 4/?

Leyna.

-¿Entonces no ha pasado nada malo?- dice Mason una vez terminó de explicarle todo.

-Tecnicamente no pero se siente mal, hubieras visto su cara.- hago un puchero.

-Tu y yo sabemos quién debió haber enviado eso, debes cuidarte porque si ha podido estar así de cerca como para saber que estabas haciendo y con quien, puede hacer más cosas. Más ahora que la orden se está por vencer y aún siguen en investigación por lo demás.

Es inevitable que se instale el miedo en mi pecho, no creo poder resistir que todo pase otra vez. No podrías resistir sentir eso otra vez.

Dejo que Mason vaya a hacer sus cosas mientras yo me decido por tomar un baño para relajarme un poco y quitar las tensiones del día. Empiezo a poner la esencia de canela que tanto amo, mis movimientos son lentos y torpes pero funcionales, prendo unas cuantas velas como única fuente de luz, me desnudó y me adentro en la gran bañera.

Poco a poco me adentro en el agua, hasta que esta me tapa en su totalidad. No se cuanto tiempo pasa ni me importa, ya no me importa nada porque ya nada tiene sentido, yo no tengo sentido y estoy cansada de pelear, de ser fuerte. No quiero ser fuerte ni quice serlo nunca, no es un buen mérito si te obligaron a serlo, solo feliz pero ya ni eso tiene sentido.
Solo quiero tranquilidad. Solo...

Oscuridad.

°°  °°  °°

Mi mundo se mueve, y no de una manera figurada. Literalmente siento como todo se mueve y eso me asusta. Abro los ojos sobresaltada y me encuentro con unas orbes oscuras, llenas de miedo. Irónicamente están llenas de miedo cuando son las únicas que me dan tranquilidad.

Esta metido en la bañera conmigo, aún con su ropa puesta y con lágrimas saliendo de sus ojos, pero, ¿por qué? No entiendo nada, solo siento sus brazos sosteniéndome como si me fuera a perder en cualquier momento.

-¿Que te pasa, estupida? No puedes... no puedes... tú no puedes... no tú...- dice Mason mientras me abraza.

-¿Que está pasando?- pregunto confundida mientras me alejo un poco de él.

-¿Como que qué esta pasando? ¿Que te está pasando a ti? ¿En qué estabas pensando?- dice y yo sigo sin entender nada.

-No entiendo nada.- niego mientras miro al rededor, todo está como lo había dejado hace unos segundos.

-Mierda, Leyna. Llevaba 10 minutos llamandote y no contestabas, era como cuando...- dice con la mirada perdida y yo lo interrumpo antes de que continúe.

-Como nada, Mason.- lo cortó.

-Pequeña, abrí la puerta y estabas bajo el agua, te veías como si estuviera muerta, te movía y no reaccionabas, creí que me habías dejado.- dice mientras me abraza otra vez.- No puedes hacerme esto, no otra vez. Prometimos no abandonarnos y tú siempre cumples tus promesas.- con mi pulgar quito la lágrima que había empezado a correr por su mejilla.

-Yo lo siento, no se que estaba pasando.- le digo mientras pongo mi cabeza en su pecho.

-No me dejes, pequeña.- sonrió al recordar la forma en la que me llamo la primera vez que nos vimos, esa palabra que comenzó todo.

No meditamos más palabra, solo salimos de la bañera. Más bien, él me carga fuera de esta ya que yo aún me siento fuera de mi cuerpo, vacía.

Noto como me deja sobre la cama y se adentra a mi vestidor, del que saca unas bragas y una de las camisetas que tengo de Dominik, o eso creo. Me viste con cuidado y se deja caer a mi lado, abrazandome por la cintura y haciendo que yo acomode mi cabeza en su pecho.

Mister Russo. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora