Capítulo 23.

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Maratón 3/?

-Veo que no estabas sola, linda.- dice Mason.- supongo que te deseo suerte, terminamos de hablar cuando estés libre.- dijo y sin más colgó, el muy traidor había soltado una bomba y me había dejado sola con el problema.

-¿A que se refería con lo que dijo, Ley?- dice Dom más serio de lo que me gustaria.

-No es nada... bueno si es algo pero... no es nada grave... bueno si lo es pero...- ahí está a la verborrea haciéndose presente cada que estaba nerviosa.- solo dame tiempo para contarte todo, ¿si?- le digo con un tono de súplica. Sus orbes penetrantes de un profundo color gris hacían contacto con mis dos puntitos verdes.

-Esta bien, cariño. Te daré el tiempo que necesites pero necesito respuestas.- yo comprendía mejor que nadie eso, la ignorancia solo nos hacia débiles.

-Y más tendrás pero aún no estoy lista.- le digo mientras me recuerdo sobre su pecho mientras el acaricia mi cabello.

-No se que pasa pero juro que destruire a quien sea que te hizo daño.- dice con una seguridad que me asusta.

-Olvidate de eso, mis batallas son mías y no necesito a un príncipe que me defienda cuando yo soy una reina que puede atacar sola.- le digo mirándolo a los ojos.

-Por eso te amo.

<<¡¿Que acaba de decir?! Estas jodida, colega>>

¿No que tu no ibas a acompañarme esta noche?

-No lo dices en serio, tú no puedes amarme.- le digo negando suavemente con la cabeza.

-Claro que puedo y ya lo hago.- dice con seguridad.- y si no sientes lo mismo, yo me encargaré de hacerte sentir como yo me siento.- siento que me falta el aire.

-Hoy no hablaremos de esto, ¿sí? Es más, no hablaremos de nada, ninguna de nuestras conversaciones está funcionando.- me digo un poco cortante.

-No se porque reaccionas así pero lo que he dicho es en serio, no te dejaré ir de mi lado.- no me deja decir nada porque continúa.- pero te tomo la palabra, bonita. Mejor vamos a bañarnos para dormir.- agradezco con la mirada que diga eso y nos dirigimos juntos a la ducha.

Una vez allí nos despejamos, o más bien, Dominik se despoja de su ropa porque yo ya estaba desnuda y nos metemos bajo la cascada de agua que hace la ducha, que ya está a una temperatura perfecta. Dominik toma el gel de ducha que siempre usa, lo se por su olor, y me lo pasa por el cuerpo haciendo espuma y recorriendo casi cada centímetro de mi piel.

Agradezco que no haya puesto nada en mi zona íntima y solo se dedique a asearla con agua, dándome especial atención a cierto botón de placer que me vuelve loca, siento como poco a poco empieza a creer la humedad en mi junto con el deseo. Estoy a punto de tocar las estrellas cuando Dominik para abruptamente y me deja a medias, yo le tiro una mirada asesina pero se me ocurre una mejor cosa que hacer que gritarle.

Ahora soy yo quien coge el gel de baño y lo pasa por todo su cuerpo, deteniendome en su polla ya dura y palpitante, rodenandola con mi mano y empezando a hacer movimientos ascendentes y descendentes por toda su longitud.

-De rodillas, nena.- me dice y siento otra vez esa exquisita presión que se hace en mi abdomen bajo.

Sin dudarlo dos veces me hago de rodillas y no me preocupo por la espuma que ha formado el gel ya que el agua se ha encargado de retirarla toda y ahora puedo probarlo sin problema.

Mister Russo. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora