Capitulo 43.

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Leyna.

-¿Crees que este muerta?- escucho que dicen a lo lejos.

-Veo como su pecho se mueve.- reconozco la voz de Mason.

-Yo no confiaría mucho en tu sentido visual, no después de ver el tipo de personas con las que has tenido se...- deja de hablar Aurora cuando los dos notan que he solt
ado un quejido.

Agarro una de las almohadas y se la tiro a Mason en la cara, este la toma de vuelta y casi me entierra con ella de la fuerza con la que me la ha tirado.

-¡Animal!- le grito una vez me quito la almohada.

-Y eso que no hemos hecho cositas.- me dice mientras me guiña un ojo.

-Creo que mejor me voy...- dice Rory y los dos nos echamos a reír.

Literalmente me bajan alzada a la cocina como si de un pedazo de trapo se tratara y me dejan en el piso con delicadeza, lo cual agradezco.

No me paro y espero a que ellos en un acto bastante gracioso, dejen caer comida en mi boca. Veo de reojo como Alissa, que estaba desayunando cuando bajamos, me mira con cara de fastidio.

Tal vez alguien no es una persona de mañanas.

<<Tú no eres una persona de mañanas y aun así no estás viendo si tienes poderes psíquicos y puedes matarla.>>

Mis pensamientos pasan a segundo plano, cuando me cogen otra vez como un trapo y me dicen:

-Hueles feo, hay que bañarte.- y sin más, me tiran a la piscina, que esta más helada de lo normal.

Doy una bocanada gigante de aire y les grito hasta de que mal se van a morir sus madres. Salgo rápidamente y me cubro con una de las toallas que hay por ahí, veo como ellos corren y me anoto mentalmente que debo mandarlos a la guillotina más tarde y vender sus cabezas al museo del oro.

¿Mostrarán ahí solo cosas de oro?

Me anoto también buscar eso y le decido a ir a mi habitación por ropa limpia y mi ordenador para trabajar un poco, pero un delicioso olor a... ¿esos son churros?

Corro hacia la cocina, con cuidado de no resbalarme y veo a Derek, haciendo churros con chocolate, la boca se me hace agua y meto la mano en la canastilla en donde están los recién salidos. Papá me mira con recelo y niega. ¡joder, esto está muy caliente!

Abro la boca intentando que entre un poco de aire y se enfríe, lo que hace que papá se ría a carcajadas de mi.

-Ire a ver unas cosas, no te los comas todos.- dice riendo mientras sale de la cocina.

Me meto uno de los churros cubiertos de chocolate en la boca y dejo salir un gemido, mientras disfruto del sabor de esta linda cosa. Ayer no tenía nada de apetito y hoy podría comerme un elefante completo.

-Eres una maldita zorra egoísta.- escucho una voz a mis espaldas, de Alissa.

-¿Perdona?- digo aún incrédula.

-¿Eres una puta estúpida o tienes problemas de aprendizaje?- dice otra vez con una voz tajante.

-¿A que viene tanta agresividad?- pregunto lo más calmada que puedo.

-Por tu culpa no se en donde esta mi hermano, eres una maldita zorra oportunista.- me recrimina y veo como toma un cuchillo de la encimera. Eso no pinta bien.

-Primero, baja esa cosa.- digo señalando el cuchillo.- y segundo, yo no tengo a tu hermano así que no es mi culpa.

-Espero que cuando te maten, yo pueda tener el primer puesto para verte arder en el infierno.

Mister Russo. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora