Capitulo 45.

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Mason.

Han pasado horas y aún no sabemos nada.

A saber en que ratonera esta metido Nikolai.

Aún no lograr tirar lo que sea que bloquea la señal y todos en cada están de los nervios. Aurora que es la única además de mi que no sabe todo, esta sola sin Enzo porque ha tenido que salir a hacer unas cosas, Piet esta haciendo lo que puede para parecer la única persona cuerda pero a mi no me engaña, también es como una hija para él, y el señor Heim... bueno, lleva como dos horas contadas llorando en su habitación.

Me siento como un papá en la guardería.

Se que me gusta que me digan papi pero no me gusta sentirme de esta manera.

Lo único bueno es que por lo menos se que aun no la han cortado en pedacitos y han hecho una barbacoa, pues parece que de ninguna manera han sido intervenidos los rastreadores.

De Alissa seguimos sin saber nada, y si no es por el mero interés que tiene Leyna por Dominik, ni siquiera nos importaría. Esa niña no me da buena espina.

De vez en cuando veo que los muchachos no se maten, mientras veo que el señor Heim no se mate y Aurora no tenga una crisis nerviosa.

Ni siquiera tengo tiempo para preocuparme por mi princesa.

°° °° °°

Leyna.

¿Quien dijo amigos? Si te conozco mucha más sin la ropita...

No podía ser peor momento para tener esa canción pegada.

Estamos subiendo las escaleras, parece que estábamos en un sótano. Voy atrás y me da gracia el pensamiento de que si alguno de los dos cayeran, yo sería un colchón humano.

Me río ante esto y los dos se detienen para verme con confusión, yo me encojo de hombros y les hago un gesto para que sigan caminando.

Creo que mi cabeza ha decidido tener los pensamientos más estupidos para ignorar el dolor que casi me está partiendo en dos, o buen estoy desvariando por la pérdida de sangre.

Esto último realmente me preocupa, según se no es normal que se siga de pie así que lo más probable es que no lleve mucho tiempo aquí. Eso en parte es bueno.

Sebastian nos ha estado guiando por el camino, pero llega un momento en el que me desvío, por escuchar la voz de Alissa.

Sin que los otros dos lo noten, me quedo tras una pared y escucho decir:

-¿Por qué eres tan ingenua?- es la voz de Nikolai.

-Teniamos un trato, dime en donde está.

-Los dos tenemos lo que querías, yo tengo a tu mujer y tú te has asegurado de que ella sufra. Era lo que los dos queríamos.

-Eso era hasta que decidiste secuestrar a mi hermano.- le recrimina ella.

-Y ni eso te importo, solo querías tener tu venganza por cosas que, ¡Oh sorpresa!, no eran como pensabas.

-No puede...- no termina de hablar.

-No eres más que una pequeña manipulable, tu hermano no saldrá de aquí porque tocó a mi propiedad.

-Eres un maldito enfermo, esto no era parte del trato.- le grita y un ruido fuerte me hace sobresaltar.

-Ten cuidado con como me tratas, niña, nadie sale de aquí.- dice y me río internamente al recordar que estamos escapando.

-No dejaré que hagas esto, puedes hacerle lo que quieras quieras esa zorrita pero no quiero que le toques un pelo a mi hermano.- le grita otra vez.

-¿Como me vas a detener?- dice riéndose.

-Te...- ya esta niña, deja de intentarlo.- Te voy a matar.- le grita.

-No podrás hacer eso.- su risa se escucha aún más fuerte.

-¿Por qué?- pregunta y un fuerte ruido me hace sobresaltar. Ha presionado el gatillo.

-Porque los muertos no vuelven a la tierra.- parece que se responde más a sí mismo.

Escucho a alguien aproximándose y tengo que alejarme un poco de la puerta para que no me vean.

-Señor, no hemos podido arreglar el fallo de la luz, parece que ha sido algo intencionado.- dice una voz fuerte que no reconozco.

-Traigan a las ratas del sótano, debemos irnos de aquí ya.- da la orden.- Pero antes debes deshacerte de esta.

-Si, señor.

Escucho que va a salir e imagino que esta pude ser mi oportunidad, con un impulso estúpido lo veo salir y decido seguirlo, hasta que noto que estamos en un lugar más solo y me tiro sobre él.

Con una manga de mi abrigo intento ahorcarle y como reacción se corre hacia una pared para intentar quitarme de encima, pero yo aprovecho esto estirando mis piernas para usar su impulso como impulso para mi para empujarlo contra la pared de en frente.

Benditos sean los corredores estrechos.

Logro darle en la cabeza y los dos caemos al suelo, este parece haberse desmayado, por lo que con un dolor aún más punzante, decido coger su arma y  correr por donde habían decidido ir Sebastian y Dominik.

Por un pasillo, veo como estos dos están siendo bloqueados por dos tipos gigantes que les impiden el paso y los apuntan con sus armas.

Rogándole a lo más grande de este mundo, pido tener una puntería perfecta, para el momento en el que decido disparar a la cabeza del primer de los tipos, evitando darle a Dominik. El otro carga su arma pero antes de que pueda encontrarme, le propinó otro disparo en la cabeza.

Sebastian y Dom se tensan y voltean a verme con los ojos bien abiertos. Yo trato de caminar pero esta vez me es imposible ahogar un gemido de dolor cuando una punzada me atraviesa.

Sebastian se acerca y me dice:

-¿Que pasa? ¿Estas bien?- dice preocupado y Dom también voltea a ver.

-Si, solo creo que me han sentado mal los golpes.- y decir que me han sentado mal es poco.

Con ayuda de Sebastian, me siento cada vez más cansada y con dolor de cabeza.

Con una suerte casi sospechosa, logramos salir de la mansión pero mi ánimo casi golpea el piso cuando recuerdo el camino tan largo que he tenido que seguir para alejarme de la civilización.

No se cuanto caminamos, porque cada vez me siento más desorientada, pero el alma se me cae a los pies cuando veo unas luces acercarse a nosotros.

No ahora.

No cuando estábamos tan cerca.

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Esto si ha sido verdaderamente corto, pero en mi defensa se me ha corrido el calendario.

Para bien o mal, estamos muy cerca del final, más de lo que esperaba.

Perdonen lo poquito y lo mal acomodado.

Con amor, Althaus.

Mister Russo. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora