16. Un Café

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Punto de vista de Lena

Amaneció sola en la cama, se sorprendió a sí misma disfrutando del perfume de Kara.

¿Qué era lo que sentía?¿Por qué moría de nervios y ganas de volver a ver a Kara? Sabía que estaba al otro lado de la puerta, pero necesitaba ir a su encuentro, conocerla más, pasar más tiempo con ella.

No podía ser que en tan poco tiempo Kara hubiese tomado un lugar tan importante en su corazón.

Se vistió con la ropa de anoche y recordó el día anterior, nunca antes había sentido tal compenetración con otra persona.

Fue en búsqueda de Kara al abrir la puerta la vio con una camisa larga, el pelo sujeto en un moño revuelto, bailoteaba al son de la música mientras tarareaba, estaba limpiando la encimera. Lena se quedó congelada mirando a Kara con un claro pensamiento.

-*Oh dios mío es tan preciosa, ¿cómo es posible que me haga sentir tan bien y feliz? este hormigueo en el estómago ¿Es lo que creo que es? ¿Me estaré enamorando?* - No fue consciente de la sonrisa enorme que tenía ocupando todo su rostro formando dos hoyuelos en sus mejillas. 

- ¡Lena! No sabía que te habías despertado, ¿quieres darte una ducha? - Kara le hablaba con un entusiasmo increíble. Lena aún estaba aturullada por sus sentimientos.

- Mmh yo, esto, madre mía qué energía tienes por la mañana - Lena no solía despertarse con tanta energía de hecho desde que comenzó con el yoga estaba acostumbrada a ayunar un rato - La verdad es que suelo hacer estiramientos, y coger energía con yoga.

- Pues adelante, tienes el balcón para que puedas hacer lo que quieras yo iré preparando el desayuno.

Lena dudo pero al final cedió y fue a hacer yoga. Mientras hacía yoga escuchaba a Kara silbar y tararear. No quería que estos ratos junto a ella no acabasen. Definitivamente se estaba enamorando. Pero dudaba de que Kara, la animada, enérgica y brillante Kara estuviese a su alcance y mucho menos que se fijase en alguien como ella.

Pero intentaría pasar el mayor tiempo posible junto a ella y al menos la tendría como amiga.

Entró, Kara estaba de espaldas a ella, miró sus curvas y suspiro tan profundamente que Kara se sobresaltó y la miró.

- ¡Lena! ¿Tanto cansa el yoga? Deberé de probarlo entonces - Decía con una enorme sonrisa.

- Te tomo la palabra, ya sabes donde entreno y a la hora, te espero cuando quieras. - Lena aprovecho para ver si volvían a quedar, pues no quería que esta fuese la última vez.- Huele genial.

- Pues quedan unos diez minutos para tenerlo todo listo, he tardado un poco más porque te estaba preparando la ducha por si querías, te he dejado una muda y toallas y si te hace falta alguna otra cosa me lo dices.

- Eres un cielo, gracias - Lena dejó un beso en la mejilla de Kara y se fue a la ducha.
Al salir de la ducha, se arregló y fue al encuentro de Kara la encontró sentada en la bancada de la isla esperándola.

- Te estaba esperando, he preparado, macedonia de frutas, tortitas de avena, plátano y chocolate, y un café conmemorativo - Kara se levantó para coger los platos y el café que aún estaba en la cafetería.

- ¿Conmemorativo? - Lena estaba intrigada.

- Ayer no me pude resistir - Sacó dos cajitas cuadradas de papel kraft, y le dio una a Lena - De verdad no sabes cuanto agradezco lo de ayer, adoro a Banksy y ahora a ti, me ha encantado conocerte, y me encantaria que me dejaras conocerte más.

Lena se derritió ante Kara, aceptó la caja, y comenzó a abrirla con una inmensa sonrisa.

- Me encanta tu sonrisa y esos pequeños hoyuelos - Kara estaba apoyada sobre su mano observándola.

- ¡Kara! No tenias porque, es... es perfecta - Lena había abierto la caja y en ella estaba la taza con la obra de la niña con el globo. Kara era perfecta.

Desayunaron juntas, recogieron la casa y volvieron al campo, ambas debían de estudiar.

Te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora