31. Estudiando Juntas

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Punto de vista de Kara

Se duchó lo más veloz que pudo, y buscó algo de ropa limpia que le quedase en una de las mochilas.

- Kara tu novia está esperandote en las gradas - Le comentaba una de las chicas que se había quedado a ver como funcionaba la máquina.

- ¿Mi novia? - Se extrañó Kara.

- Si, sois adorables la verdad. Lena me ha dicho que te diga que te espera en las gradas.

- ¿Lena? - Kara miró con cara embobada a la taquilla - Ojalá fuese mi novia.

- ¿No estáis juntas?¿Está libre?¿Quien se apunta a hacer una porra? - bromeaban las chicas.

- Idiotas - Dijo saliendo del vestuario riendo a carcajadas, lo peor era que sabía perfectamente que seguramente estarían haciendo la porra de verdad.

Al entrar en la zona de las gradas la vio distraída, mirando sus apuntes.

- ¿Hoy tienes que estudiar? - Dijo sentándose a su lado.

- Si... Tengo que ir a la biblioteca y luego encerrarme en mi habitación lo que resta de día, pero me encantaría poder pasar la tarde contigo... - Lena dijo tristemente.

- Adoro que seas tan cerebrito... Yo también tengo que estudiar y trabajar en unos proyectos de arte... Asi que... que te pareceria que te acompañe a la biblioteca, cojas lo que necesites y nos vayamos al departamento a estudiar juntas hasta que sea la hora de volver... - Kara volvió a divagar... no sabia como hacer para pasar más tiempo con Lena...

- Creo que no podría negarme a pasar tiempo contigo. - Lena confesó con una sonrisa que derritió a Kara

Punto de vista de Lena.

Así lo hicieron, pasaron por la biblioteca, Lena cogió unos libros que necesitaba para comparar información.

De camino al departamento pasaron por un super para abastecer la nevera con algunas cosas.

Lena no se dio cuenta de que todo el camino estuvo contándole a Kara lo que era la ciencia para ella, la ilusión que le daba ser en algún punto de la historia alguien importante en la ciencia, y no en vano, ella quería hacer grandes cambios en lo que se conocía como científico.

Ayudar a las personas.

Kara la escuchaba y le apoyaba como nadie antes lo había hecho, cualquiera que le hubiese escuchado le habría dicho que los sueños sueños son pero Kara la había animado a luchar por sus sueños.

El trayecto se le hizo corto hasta el departamento.

Cuando llegaron, Kara colocó las cosas en la despensa y Lena le ayudó metiendo lo fresco en la nevera.

Kara le despejó la mesa para que Lena estudiase tranquilamente. Lena comenzó a estudiar y encendió su portátil para contrastar datos.

Al rato de estar con la cabeza metida en datos, estadísticas, informes. Buscó a Kara con la mirada.

La descubrió escribiendo en una libreta con una sonrisa en la cara, parecía que estaba a kilómetros de esa habitación distraída de todo lo que la rodeaba, por el trazo de su mano acababa de dibujar algo y ahora estaba escribiendo.

Lena adoraba esa sonrisa tan genuina en el rostro de Kara, le encantaría ser ella la dueña y causante de esa sonrisa. Le encantaba como cuando estaba tan concentrada que olvidaba lo que sucedía a su alrededor se mordía un lado del labio inferior y al poco tiempo atrapaba el superior con la lengua. Ojala fuese ella quien atrapó sus labios entre los suyos propios.

Intentó volver a concentrarse en sus trabajos, pero inconscientemente de vez en cuando dedicaba una mirada a Kara, perdió la noción del tiempo.

Kara con una enorme sonrisa, la miró y se levantó de la silla de la isla de la cocina y dejó la libreta en forma de libro en la estantería. Abrió una puerta de la estantería y sacó de ahí su material de dibujo.

Lena volvió a concentrarse en estudiar.

Le dio tiempo de entregar un trabajo en modo online cuando Kara la llamó.

- Lena, ¿Tienes un minuto? - Kara la sacó de su concentración.

La miró y la vio tan roja como un tomate.

- Para ti todos.

- ¿Quieres darme tu opinión? Si te gusta mañana lo presentaré. - Kara no conectaba la mirada con Lena, Lena adoro esa faceta vergonzosa de la rubia.

Se acercó a Kara por detrás apoyando distraídamente su mano sobre el hombro de Kara. Y menos mal, cuando vio el cuadro delante de ella quedó fascinada.

Le transmitía tanta paz, el cuadro constaba de el amanecer surgiendo desde el océano dentro de la silueta de una persona realizando yoga, en la pose de piernas cruzadas y manos sobre las rodillas, la silueta estaba contrapuesta sobre el universo.

Lena reconoció su propia silueta. Esto era el resultado de aquella mañana en la playa. Uno de sus primeros encuentros.

- Madre mia Kara - Lena no podía articular mucho más. Estaba sin palabras.

- ¿Te gusta? - Kara busco por primera vez la mirada de Lena.

- Me encanta - Dijo sosteniendole la mirada un segundo - Transmite tantas cosas...

- Como tu... Has sido pura inspiración - Confesó Kara mirando de nuevo el cuadro.

- Prométeme que después de exponerlo podre tenerlo conmigo - Suplico Lena

- Lo prometo - Le dijo mirándole a los ojos.

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