Te encontré

36. Sábanas

Punto de vista de Lena.

Lena despertó, y vio la hora que era, nunca se había despertado tan tarde. Pero el amanecer les había sorprendido entre las sábanas, placer, besos y caricias.

No recordaba en qué momento se había dormido, solo que Kara le había llevado al cielo y había rozado las estrellas de la mano de Kara, y había sido testigo de como Kara también había llegado al paraíso.

Llamo al servicio de habitaciones para pedir algo para desayunar.

Kara estaba tumbada boca abajo, sin nada de ropa, cubierta con una sábana, con toda la espalda al desnudo.

Lena la miró, no quería prejuzgar, no quería hacerse expectativas, lo mejor que podían hacer era hablarlo, pero anoche sintió que no era solo una noche de pasión, sintió en cada beso gran sentimiento.

Cuando Kara se tumbó sobre ella y comenzó a acariciarla deseo detenerla para no estropear su relación, pero cuando sus miradas conectaron descubrió que su amistad había evolucionado.

Nadie le había mirado como Kara, con esa dulzura, esa compenetración...

Se le llenaron los ojos llenos de lágrimas. Ella misma nunca había sentido todo lo que le hacía sentir Kara, deseaba decirlo.

Gateo por la cama, apartó un poco la sabana del cuerpo de Kara, besó la espalda baja subiendo por su columna cuando llegó a la nuca Kara comenzó a despertar. Kara rió guturalmente, Lena volvió a bajar por su columna, sintió como Kara se daba la vuelta y volvió a subir por el centro de barriga, repartiendo algunos suaves besos por el pecho, subiendo por su clavícula hasta dejar besos por el cuello, hasta llegar a su oído.

- Eres preciosa - susurró sensualmente en su oído.

- El mejor despertar de mi vida - Kara volteo sobre Lena invirtiendo las posiciones.

Lena después de la mágica noche que habían pasado sabía detectar como cambiaban los ojos de Kara y pasaban de un azul intenso a azul veteado con tonos verdosos eléctricos cuando se encendía y el calor y humedad proveniente de su entrepierna no dejaba duda alguna.

- Solo me has dejado descansar tres horas Kara - Decía entre besos, Kara se estaba mostrando super cariñosa, durante la noche había sido sumamente cariñosa, y al despertar continuaba siéndolo. Lena se sentía una princesa bajo sus caricias y su mirada.

Adoraba que esa sonrisa eterna en su rostro nunca se marchitase.

Tocaron a la puerta y Kara rápidamente se levantó, se puso un albornoz de los del baño y fue a abrir la puerta.

Lena rió desde la cama, le dio tiempo a esperarla en una pose sensual provocativa, dejando que su pelo cayera por delante, cubriendo ciertas partes. Cuando Kara la vio casi se le cayó la bandeja provocando que Lena soltase una carcajada.

La dejó en el sofá y de un salto volvió a su cama.

- ¿No quieres desayunar? - Inquirió Lena picaramente.

- Creo que es la primera vez en mi vida que prefiero hacer otras cosas. - Acabó la última palabra uniendo sus labios.

Lena no pudo evitar sonreír en el beso. Lo provocó un gemido gutural en Kara.

- Mmmhhh. Me encanta que hagas eso. - Confesó alegremente Kara.

- ¿El que? ¿Sonreír o besarte? - Dijo Lena sonriente aun.

- Ambas, besarte, hacerte, sonreír, besar, tu, sonrisa. Me encantas tu - Kara la besaba entre palabra y palabra.

- Me encanta que me hagas sonreir y que me beses - Lena se sentía una niña enamorada.