Volver a ti.

Capítulo 45 - Te lo juro, mi amor.

Con furia lanzó su bolso hacia el suelo y se dejó caer en la cama. No podía creer que Natalia, justamente ella, esté ahí. Lo peor de todo era su buena afinidad con Christopher luego de haber terminado su relación. Se refregó los ojos y trató de olvidarse. Al fin y al cabo, no tenía derecho a enojarse o ponerse celosa, ya estaba dicho que entre ellos no podría haber nada. ¿O sí? Ante la duda, negó con la cabeza y se sentó en la cama. Instintivamente tomó la camiseta que tenia puesta e inspiró la fragancia que estaba impregnada. Era inevitable no estremecerse ante el olor de Christopher. Su aroma preferido. Se abrazó a sí misma y exhaló profundamente. Aunque lo negara miles de veces, sus sentimientos iban en contra de ello, estaban latentes aun cuando no quería.

Se estiró lo más que pudo y tomó su bolso seguido de buscar su celular. Su obligación estaba en una sola persona. Rodrigo. Desde su viaje hacia el sur de América, no había hablado con él. Sabía que estaba en un viaje de negocios pero eso no lo excusaba de alguna llamada de vez en cuando. Le resultó extraño. Entre sus contactos, ubicó el número de Rodrigo y comenzó a sonar. Primer tono… segundo tono… tercer tono… cuarto tono… quinto tono… continuaba sonando y la llamada no se abría. Cortó y volvió a marcar. Así, tres veces más sin obtener una respuesta. “Quizás estará en una reunión” pensó pero aun así no se convencía. Decidió por intentar más tarde y caminó hasta el baño para relajarse con una buena ducha.

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Luego de haber sido entrevistados por la radio más popular e importante de Brasil, los seis volvieron al hotel yendo directamente a almorzar. Se ubicaron en un rincón del restaurante mientras el mozo venía con sus respectivos pedidos.

-Yo creo que ha sido la entrevista más incómoda y a la vez, divertida. – comentó Anahi entre risas.

- Para mí ha sido la más vergonzosa. – Dijo mientras le daba un sorbo a su agua – Repetir frases en portugués cuando apenas lo puedo hablar – negó con la cabeza, avergonzada.

- Vamos, Dul. Si tu portugués es el mejor – bromeó Poncho llevándose un leve golpe por parte de Dulce – Es una broma – dijo riéndose.

- No se burlen de mi – musitó seguido de darle un bocado su plato.

- Después de todo ha sido muy divertido. – acotó Christopher mirando de reojo a Dulce. – Bueno, cambiando de tema… Ya saben que Natalia está aquí ¿no? – se rascó levemente la cabeza.

- Si, la hemos visto rondar por el hotel pero no sabemos a qué vino… ¿No se suponía que tu y ella ya habían terminado? – lo cuestionó Anahi enarcando una ceja.

- ¿Nati está aquí? ¿Por qué yo no lo sabía? – preguntó Christian, emocionado al saber que su mejor amiga también estaba allí.

- ¿Por qué no atiendes tu teléfono? – una voz dijo detrás de Dulce. Una voz que ya conocía y le producía un malestar horrible tan solo escucharla.

- ¡Nati! – exclamó Christian. Enseguida se levantó de su lugar y corrió a sus brazos. - ¿Cómo estás, pequitas? – preguntó a la vez que le da un beso en la mejilla.

- Muy bien. Tu estas más guapo ¡eh! – dijo guiñándole el ojo.

- Y ¿tú? ¡Estas hecha una diosa! – sonrió.  ¿Ya has almorzado? – interrogó.

- Si, hace rato. – contestó. – De hecho venia para aquí porque quisiera entrevistarlos – explicó tímidamente - Hola a todos – saludó con una sonrisa.

- ¿Entrevistarnos? – interrumpió Anahi.

- Es la encargada de cubrir nuestro show para Televisa – respondió Christopher por Natalia.