Capítulo 36 - ¿Ibas a vivir toda tu vida engañándote a ti misma?.

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Los rayos de luz atravesaban el ventanal generando una ceguera inquietante para Christopher que apenas trataba de despertar de un sueño pesado. Poco a poco fue abriendo los ojos mientras su cabeza latía tan fuerte, consecuencia de todo el alcohol que había consumido la noche anterior. Una voz burlona y seca lo despertó del todo.

-Al fin despiertas. – Christian, cruzados de piernas, estaba sentado en una silla al lado de la cama observando detenidamente cómo despertaba su compañero.

- ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó? – murmuró mientras trataba de sentarse pero la cabeza le pesaba tanto que se desistió y volvió a caer lentamente a la almohada.

- En la habitación del hotel – respondió sin siquiera hacer una mueca. Estaba serio.

Se refregó los ojos con las yemas de sus dedos mientras trataba de recordar algo pero todo estaba tan borroso en su cabeza que apenas entendía lo que decía su amigo.

-Mi cabeza – susurró teniéndola con ambas manos como si se le fuese a caer.

- Después de todo lo que has tomado – comentó con un blanqueo de ojos.

- ¿Tanto tomé? – musitó.

- Demasiado para el escándalo que hiciste – dijo.

Christopher frunció el ceño y lentamente giró a verlo. - ¿Qué? ¿Qué hice qué? – no recordaba en absoluto aquel “escándalo” que Christian le informaba.

-¿No recuerdas nada? – enarcó una ceja, sobrante.

-No. Dime qué hice. – exigió, realmente no recordaba nada.

Christian soltó un suspiro y se levantó de la silla para encaminarse hacia la puerta.

-Oye ¿A dónde vas? – exclamó.

- Hablaremos camino a la radio. En 45 minutos tenemos que estar en la estación del Sol así que vete a bañar mientras yo te traigo un café y te despiertas de una vez. – y sin más salió de la habitación dejándolo en la gran duda de lo que había hecho.

Como pudo se levantó y caminó hacia el baño mientras trataba una y otra vez recordar lo que había pasado esa noche pero era en vano, no recordaba siquiera cómo llegó a su habitación del hotel. Pero si había un recuerdo latente que atravesaba su corazón y aun en los peores estados, lo seguía sintiendo. Por un principio creyó que había sido parte de un sueño pero el dolor tan fuerte que había causado aquella confesión, lo hacía real. Y así lo era.

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-¿Segura te encuentras bien? – volvió a preguntar por décima vez.

-Que si, Annie. Estoy bien, deja de preguntarme a cada rato. – expresó mientras tomaba un sorbo de su café.

- Está bien, está bien. No preguntaré más. – convencida, dijo mientras conducía su coche. – Pero recuerda que me preocupo por ti, niña – giró dos segundos para sonreírle.

- Ya lo sé pero créeme, estoy bien. – confirmó nuevamente devolviéndole la sonrisa.

El silencio volvió a apoderarse del ambiente pero Anahi decidió romperlo, otra vez. – Oye, ¿puedo preguntarte algo? – tímida, le preguntó.

-Ya has preguntado – soltó una risita graciosa – Dime – dijo.

- ¿Hablarás con Christopher? – preguntó nerviosa.

Dulce bajó la mirada observando sus manos sobre su café, exhaló ante su respuesta. – Lo tengo que hacer. – musitó.

Anahi asintió con la cabeza y decidió no preguntar más, no le gustaba ver así a su amiga, triste por todo lo que había sucedido. Aunque ella tuviera una gran verdad no era quien debía decírselo y solo rogaba que en su conversación, al fin, Christopher le contara su decisión. Continuó manejando hasta la estación del Sol, la primera entrevista del día.

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