Capítulo 30 - ¿Cuándo creyó que todo estaba perfecto?.

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Dulce abrió los ojos como platos, sin creer lo que veía. Rodrigo estaba totalmente desalineado, la camisa a media abierta, el pelo alborotado y unas ojeras que marcaban que no había dormido por días. Su mirada solo expresaba aliviandad de verla, su rostro estaba relajado. Había entendido su forma de estar, Rodrigo había pasado la noche en vela preocupado por ella. Su arruga aún marcada en su frente demostraba el stress que había vivido. Su grito de hace unos segundos fueron de miedo, de pánico, de alteración al verla cuando quizás en la noche, en su mente hayan nadado ideas pésimas de lo que le podría haber pasado. La oprensión en el pecho fue más fuerte cuando sintió los brazos de Rodrigo rodeándola y trayéndola a él lo más fuerte que podía, casi que se introdujera en él, queriendola proteger, dándole el mensaje que jamás se perdonaría si algo le pasara. Era entendible, había pasado horas pensando en lo que le pudo haber ocurrido cuando le había dicho que se encontrarían luego del trabajo. Se le hacía dificil plantearle la idea de terminar la relación, no porque todavía sentía algo por él sino porque no podria perdonarse nunca si lo lastimaba. Rodrigo no tenía la menor idea de los cambios sentimentales que tuvo hace unos días, en realidad la reaparición de sentimientos reprimidos ¿Cómo podía alejarse de este hombre cuando no le daba motivos? La protegía como siempre lo hizo. La confusión se había hecho un lado para darle lugar a la culpa. Se sentia horrible, horrible.

- Lo siento, lo siento, lo siento - murmuró aún abrazándola más fuerte.

- ¿Por qué? - musitó. ¿Por qué debería pedirle perdón si fue ella quien se desapareció, si fue ella quien la noche anterior estuvo con otro hombre? Pensaba.

- Por gritarte... Lo siento. Estaba desesperado por no saber de ti, me imaginé lo peor - explicó con un hilo de desesperación. La preocupación de Rodrigo golpeaba más a Dulce.

- No te preocupes. La que debería de pedirte perdón aquí soy yo - musitó cabizbaja.

- Shh, preciosa. Estás aquí y eso es lo que importa - se separó y la tomó del rostro para poder unir sus bocas.

Lentamente la besó como si estuviese dándole las gracias en el por haber aparecido. Dulce intentó corresponderle el beso pero no pudo. Las imágenes de Christopher besándola mientras la hacía suya abundaban por la mente de Dulce y por más que intentara, aquellos labios no eran los de él. No la erizaban, no le estremecía el interior, no acariciaba su corazón. No sentía nada, era un beso vacío y sin sentimientos porque todo se lo había robado Christopher, hasta sus suspiros. Intentó, intentó pero no pudo así que posó sus manos en el pecho de Rodrigo y lo empujó levemente sin que notara su rechazo, no podía seguir. Se sentía mal.

- Lo siento - musitó con la mirada baja.

- Ya está, Dul. Ya está. Estás aquí y bien, es lo que importa. - acarició sus mejillas. - No sabes cuánto te extrañé - expresó con una sonrisa en el rostro.

Aquella frase la había hecho viajar a unos días atrás cuando Christopher y ella estaban en el estudio de grabación apunto de besarse. Pero cualquier situación, cualquier palabra la hacía pensar en él ¿Pero? Siempre pensaba en él, no había un momento del día en que no se acordara de Christopher. Estaba impregnado en ella hasta en los sueños. Enseguida sintió un fuerte dolor en el pecho, un dolor en el corazón. Empezó a sudar frío, era como un mal presentimiento pero demasiado fuerte.

- Dul, ¿Estas bien? - le preguntó alarmado.

- Si - musitó apretando su pecho. Aquel dolor le quitaba la respiración.

- ¿Segura? Te has puesto pálida. Ven - la llevó hasta el sillón. - ¿Quieres agua o algo? - preguntó.

- Agua - dijo mientras se sentó.

Volver a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora