Volver a ti.

Capítulo 46 - Siempre pensé en ti... Siempre pienso en ti, hasta en los sueños.

La calma había llegado. Fundidos en un abrazo sincero, verdadero y protector, sus latidos unidos por el amor. Confiados ciegamente en ellos y en lo que sentían. Así, felices en los brazos del otro.

-Creo que a esto le falta algo y además me lo debes – dijo Christopher separándose tan solo un poco de Dulce.

- ¿Ah sí? ¿Qué te debo? – frunció los labios sorprendida mientras apoyaba su frente sobre la de él.

- Esto – susurró y en segundos sus labios se encontraron con los de Dulce.

Y las chispas de la magia saltaron de allí, era el beso que tanto necesitaban ambos, deseando al otro con el roce de aquellos labios hambrientos.

-Te amo… te amo – susurró Dulce mientras le hacía el beso polar. – Pero pensé que estos labios eran de aquella rubia – comentó.

Se alejó un poco para mirarla a los ojos mientras fruncía el ceño, sorprendido por su comentario. - ¿Hablas de Vicky? – preguntó.

-Ah… con que tiene nombre… - rodeó los ojos.

- No me digas que estás celosa… - sonrió – Bueno eso explica tu borrachera – dijo gracioso.

- ¿Quién es? – preguntó ignorando el comentario de Christopher.

- Es una amiga que conocí cuando grababa Kadabra, hemos coincidido de casualidad por aquí… eso es todo – explicó sereno.

- ¿Casualidad? – Enarcó una ceja - ¿O tú la llamaste? – continuó.

Soltó una risita – Claro que no… sólo ha sido una coincidencia, nada más – concluyó.

- ¿Una coincidencia como la que ha sido Natalia? – insistió.

- Ella ha dicho que vino por trabajo, tú la escuchaste – dijo. - ¿Me estás haciendo una escena de celos como las de Roberta? Mira que anoche que tú hiciste una escena de Diego – explicó divertido.

- Lo dices por la borrachera ¿no? – alzó las cejas.

Christopher negó con la cabeza.

- ¿Y entonces? -.

- Estábamos por besarnos y tú te dormiste en mi regazo – dijo con una sonrisa.

- ¿En serio? – rió. – Bueno… - se mordió el labio inferior, seductora – Ya te lo devolví pero… puedo darte más – musitó sonriente.

- Dame más – y le dio un besito corto. - Te amo, princesa – dijo.

- Y yo a ti – suspiró.

- Oye, ¿Qué planes tienes para ahora? – preguntó pícaramente.

Relamiendo sus labios, sonrió. – Mmm, pues antes de que entraras, tenía planeado darme un baño – comentó seductora.

-¿No te gustaría bañarte acompañada? – murmuró provocativo mientras la pegaba más a él con sus brazos rodeando su cintura.

Arrugó los labios a la vez que hacia círculos con sus índices en los hombros de Christopher – No sé si esa persona querrá bañarse conmigo – musitó.

Lentamente se acercó hacia su oído y comenzó a besarlo y morderlo delicadamente – No sabes las ganas que tengo de bañarme contigo – susurró generando que el cuerpo de Dulce se debilitara ante la corriente que caminó por ella.

Y sin decir más, pegados uno al otro y sin dejar de besarse caminaron torpemente hasta el baño. Con su debido tiempo, Christopher metió sus manos debajo de la blusa de Dulce, mientras que ésta hacia lo mismo. De un tirón se liberó de ella y continuó con el corpiño rojo que llevaba su enamorada. Sus labios no se despegaban, continuaban en el beso apasionado y salvaje. Fuera la camiseta, los pechos firmes de la pelirroja rozaron los pectorales de aquel hombre que ansiaba por devorarlos con la boca. Bajó sus manos sobre ellos y los rodeó con el pulgar, enseguida se endurecieron y Dulce dejaba escapar sus jadeos incontrolables. La necesidad de sentirse mutuamente estaba servida en bandeja y no tardaron en tomarlo. Con desesperación, las manos de Dulce aterrizaron en la cremallera de Christopher y un rugido sobre sus labios dio a entender su torpeza.