V
La mirada de Dorna Swyft siempre denotaba ternura, pero esa mañana las cuencas pardas sólo demostraban horror. Había oído las palabras de la boca de su hija, pero aún su cabeza no podía asimilar las cosas que la muchacha estaba diciendo. Sintió la necesidad de sentarse frente a su tocador, y contempló el espejo por varios minutos, intentando ordenar los pensamientos mientras Erin, de pie a un lado de la cama, demandaba respuestas. ¿Sería capaz de decírselo? Ya chica ya conocía la verdad... ¿qué conseguía con negarlo? Por muchos años había guardado el secreto con la esperanza de que quedase sepultado bajo la misma roca en la que vivía, pero nada era secreto cuando se trataba de cuestiones de la familia. Sintió la vergüenza reflejada en el espejo; por años se había martirizado por lo sucedido, pero ya no había forma de borrar el pasado.
"Es una mentira" la voz de Erin sonó cargada de esperanza "Es un chiste... una mentira, ¿no?" Dorna no hizo más que mirarla reflejada en el espejo. Los ojos dispares de su hija estaban ensombrecidos por la decepción "¡¿NO?!"
Se había jurado así misma que nunca hablaría de aquello con alguien, ni siquiera con su señor esposo. Todos habían jurado eso, pero al parecer las promesas se habían roto. El rostro de Erin le recordaba al de Gemma cuando por casualidad, se enteró de las aventuras entre Dorna y Tywin.
"Por favor, dime que es mentira..."
"Es verdad, Erin" sentenció la mujer sin siquiera mirar su reflejo en el espejo.
La muchacha tuvo que sentarse a los pies de la cama para no caer de la impresión. Dorna nunca se lo había perdonado y sabía que los dioses se encargarían de que lo recordara por el resto de su vida. Erin se llevó ambas manos a la cara mientras intentaba comprender lo que había escuchado.
"Cersei..."murmuró mirando el suelo, boquiabierta. Las lágrimas ya habían comenzado a rodar por las mejillas de Dorna. Siempre había sido una mujer fuerte, pero ese secreto siempre le traía amargura. Y ahora Erin lo sabía...
"Ella es tu hermana" sentenció su madre poniéndose de pie. Sentía que debía abrazarla, darle apoyo, pero conocía muy bien a su hija como saber el carácter irascible que la caracterizaba. "Jaime y Tyrion..."
"¿Por qué?" la pregunta le tomó por sorpresa. No podía responder eso, no había ninguna justificación que puede explicar el error que Dorna había cometido hacía más de una década. No sabía que decirle a su hija; clavó la vista en la luna, como si esta fuese a darle una solución pero no la había. "¿Lo sabe mi padre? ¿Ser Kevan lo sabe?" La mujer sólo se limitó a negar con la cabeza, ni siquiera podía mirarla a los ojos por la vergüenza que sentía "¿Mi tío...?"
"No debes decírselo a nadie, Erin" le interrumpió Dorna, acercándosele "Ni siquiera a Lancel, a nadie..."
"¿Cómo crees que sería capaz de hablar sobre algo tan espantoso?" su rostro no denotaba más que repugnancia "No puedo creerlo..."
"Lo siento" atinó a decir, intentando encontrar la mano de su hija, pero ésta última no se lo permitió. Sin palabras giró sobre sus talones, y dejó la habitación así tan rápido como había llegado. Dorna se sentó a los pies de la cama, sintiendo el mundo sobre sus hombros, con un dolor inmenso en su pecho. Acarició la barriga de casi ocho meses, intentando consolar su llanto, pero no había nada en el mundo que pudiese reparar aquel error.
El despacho de Tywin Lannister era la última habitación del pasillo, decorado con lienzos de leones y bordados de oro. Hacía muchísimo tiempo que no recorría aquellos lugares, pero sabía que debía hacerlo, antes de que su adolescente hija cometiese una locura. Los guardias apostados en la puerta hicieron una reverencia cuando Dorna apareció, para luego permitirle entrar. Ya era pasada la medianoche y toda la fortaleza dormía, salvo ella y por supuesto, Tywin Lannister. Él y Ser Kevan habían regresado a la capital esa misma mañana, junto al resto de la caravana que los había acompañado a Desembarco del Rey para encontrarse con los preparativos de la boda casi listos. Dorna no estaba muy contenta con la noticia de la unión entre su hija y Lyonel Frey, pero sabía que sería lo mejor, que la muchacha estuviese lejos de las garras de quienes quisiesen hacerle daño.
Tywin Lannister levantó la vista de sus pergaminos cuando la mujer entró en la habitación. En otra vida, él habría corrido a recibirla, a abrazarla, a besarla pero eso ya había quedado en el pasado, sepultado bajo los cimientos de la guarida de los Lannisters. Su rostro denotó sorpresa, pero no estaba complacido. Siempre había evitado estar a solas con Dorna, aún más luego del nacimiento de Erin. Siguió sentado sobre su silla con incrustaciones de oro, estudiando a la recién llegada, intentando descifrar la razón de su visita.
"Dorna" su voz era gruesa, cargada en determinación. A diferencia de Kevan, a Tywin siempre se le había hecho más fácil dar órdenes, estaba en sus genes "¿Qué haces despierta a estas horas de la noche?"
Dorna se hizo camino entre la habitación, contemplando todo lo que no había cambiado con el paso de los años. Tywin siguió observándola, sin despegarle ni un ojo de encima. No se podría decir que le ponía nervioso, pero prefería evitarla cada vez que pudiese.
"No hubiese venido si no se tratase de algo realmente importante" soltó la mujer sin rodeos. Tywin siguió contemplándola en silencio "Es sobre Erin"
El semblante de Tywin cambió. Nunca habían hablado de ese tema, salvo por el día del nacimiento de Erin cuando le hizo jurar a Dorna que nunca volverían a hablar del tema; sin embargo, ahí estaba la mujer, de pie en sus aposentos, trayendo a la mesa temas del pasado.
"¿Sucede algo con ella?" soltó, casi sin interés "¿Es sobre su matrimonio?"
"No es lo único" dijo Dorna sonriendo sarcásticamente "¿Un Frey?¿El hijo de Gemma ? ¿En qué estabas pensando...?"
"Basta" ni siquiera le habló, reuniendo todos los pergaminos que estaban regados sobre su escritorio. Sabía a dónde iría a parar esa conversación, pero era mejor evitar darle espacio a esa mujer. "No quiero oír ninguna..."
"¿Cómo pudiste?" Dorna le miró con odio, aunque ya se había acostumbrado al odio de esa mujer "Es tu propia..."
"¡Ya basta!" los pergaminos quedaron regados por todos lados cuando Tywin hizo sentir su furia. Era uno de los pocos temas que lo sacaban de sus cabales y no esperaba tener que soportarlo un tiempo más. Ya bastaba con tener que mirarle la cara a la mocosa cada condenado día... "No quiero hablar de este tema. Por favor, vete"
Pero Dorna no se movió. Siempre había sido demasiado terca, demasiado ordinaria como para alguien como él... Sin embargo se había fijado en ella, había encontrado el consuelo de la muerte de su esposa en su cuñada, y lo único que había conseguido fue el castigo de los dioses enviándole a Erin.
"¡Ella lo sabe!" gritó Dorna como si nadie fuese capaz de escucharlos. Sabía que algún día llegaría el día en que la muchacha se enteraría; su hermana Gemma siempre había sido una chismosa y dada la situación de unión entre los Frey y los Lannister, su venenosa hermana había hablado demás. Hacía algunos años Cersei le había enfrentado, pero él había negado todo, llamándolo un chisme de cocinerías. "Ella misma me lo dijo, esta tarde"
Una ráfaga de rabia le nubló la mente. "Lo negaste, claro está" Dorna no dijo nada; miró el suelo sin poder articular una sola palabra "¡Lo negaste!"
"¡No pude hacerlo!" gritó la mujer al borde de las lágrimas "Si la hubieses visto..."
"¡Cómo pudiste decírselo!" gritó Tywin, desaforado. La sola idea de que la noticia llegase a oídos de su hermano le daba pavor, no precisamente por lo que Kevan pudiese pensar sino por lo que otros podrían decir de su familia. El honor de la familia estaba por sobre todas las cosas.
"No lo puedes negar, Tywin, es el error que ambos cometimos" repuso Dorna con seguridad.
"El peor error de toda mi vida" fue como una cuchillada, pero sabía que estaba en lo cierto "Conoces a tu hija... ¿qué crees que hará?"
"Vendrá y te enfrentará" aseguró Dorna, con los ojos bien abiertos "No se quedará tranquila hasta que lo oiga de tu propia boca"
"Nunca" susurró Tywin volviendo la vista a los pergaminos "Ahora... vete"
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A Lannister Debt
FanfictionPor supuesto, este fanfic está inspirado en la famosa serie "Juego de Tronos" y en la saga de libros de George R.R Martin, "Canción de Hielo y Fuego". Está demás decir que en el transcurso de la historia aparecerán personajes que ya todos conocemos...