Capítulo 11

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XI

"¿Qué te sucedió en el rostro?"

Los ojos nerviosos de Lancel no demostraban más que asombro, mientras contemplaba el rostro de su hermana menor. Le sostuvo de la barbilla, obligándola a mirar en ambas direcciones para poder apreciar los moretones. Por más que Erin había intentado ocultarlos, sabía que alguien se daría cuenta, y para colmos había tenido que ser su querido hermano.

"Me caí de las escaleras" mintió la muchacha, mirando el suelo. Olía a vino y a vinagre, y cientos de toneles descansaban bajo la Fortaleza Roja, esperando fermentar lo suficiente para poder ser servidos en los festines del rey. Lancel había estado llenando el pellejo con más vino cuando Erin había aparecido por las escaleras, con una capucha que le cubría el rostro. No le había sido fácil dejar sus aposentos sin antes volver la cabeza sobre sus hombros, sintiendo los ojos clavados de la reina sobre ella. En vez de ir directamente a donde se reunían las criadas, que debían estar paseando con la reina por los jardines o tal esperando como perritos fuera de su habitación, Erin había acelerado el paso en busca de su hermano. No estaba en su habitación, pero el rey aún no llegaba al festín lo que significaba que Lancel estaría buscando más vino para Robert. Su corazonada no le había fallado y al verle, había sentido algo de alivio, aunque él no tuviese ni idea que estaba sucediendo en su cabeza.

Lancel examinó la cara de su hermana por largos segundos, hasta que por fin volvió a su labor, llenando el pellejo con más brebaje. Él nunca había hecho demasiadas preguntas, pero ella hubiese deseado que al menos esa mañana si las hubiese hecho. Intentaron matarme pensó la muchacha mirando la cabellera rubia de su hermano. Intentaron violarme e iban a matarme Sin duda tenía mucho parecido con Jaime, pero Lancel estaba lejos de ser la sombra de su primo mayor, y hasta donde sabía, él era inocente de cualquier crimen La reina, nuestra prima que tanto amas intentó matarme .Le miró por largos segundos, hasta que el muchacho pareció incómodo, mirando por sobre su hombro.

"¿No tienes que ir con las criadas de la reina?" la pregunta pareció retumbar bajo la pequeña reserva de vinos de la fortaleza. Tenía cierto parecido con las criptas de La Roca, pero ahí no olía a uvas pasadas y cebada. ¿Y si le decía la verdad? Tal vez podría confiar en él, después de todo eran hermanos, pero si le decía quién había estado detrás del crimen, Lancel pediría las supuestas razones. Entonces tendría que contarle una verdad aún más fea, una que ni ella se había obligado a asumir.

"La reina..."musitó Erin, como si sólo su nombre le diese asco. "La reina aún está desayunando"

"¡Maldito torneo!" soltó Lancel para su sorpresa, cuando al fin el pellejo estuvo lleno.

Juntos volvieron por la escalera que daba a la superficie, y se mezclaron con las cientos de personas que iban y venían de un lado a otro, con bandejas llenas de comida para el festín de aquel día, al que Erin había decidido no asistir, al menos no sin una daga bajo las faldas. "¿Sabes quién paga por todo esto? Nuestro querido tío, por supuesto... El rey es un gordo que lo único que hace es malgastar nuestro dinero" comentó su hermano mientras cruzaban el patio de armas. Ella sólo le escuchó, sin decir palabra alguna. El rostro del borracho vino a la mente de la muchacha en ese instante, y aunque no pudo más que mirar en dirección a aquella escalera donde le habían cortado el paso, sintió que un escalofrío le recorría el cuerpo. Lancel, por supuesto, ni siquiera se percató del malestar de su hermana, y siguió despotricando contra el rey.

Varios guardias ocupaban sus posiciones al final de cada escalera, así como en cada entrada al palacio. Sus capas doradas brillaban bajo la luz del sol, pero ella no pudo sentir más pavor cuando dos guardias Lannisters caminaron en su misma dirección. Asustada, agarró firmemente el brazo de su hermano y se detuvieron en seco en el pasillo, para sorpresas de Lancel.

A Lannister DebtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora