Capítulo 13

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XIII

“Él confesará” soltó la niña arrodillada frente al trono de Hierro.

Erin sintió que los vellos se le erizaban.  El salón estaba repleto de rostros familiares, pero ninguno resultaba amigable. Llevaba bastante tiempo en la capital como para haber aprendido aquella lección, y cada vez que miraba a la asustada Sansa Stark de rodillas en el suelo, se preguntaba cómo diablos podía ser tan estúpida. Yo alguna vez fui así reflexionó en silencio mientras las personas miraban a la pobre hija de Eddard Stark suplicando por la vida de su padre. Y lo peor de todo había sido el rostro de Cersei…

Ya no era secreto lo que Eddard Stark había descubierto; Erin lo supo desde el primer momento que contempló a los supuestos hijos del rey y no pudo más que distinguir las facciones de su primo, aquellos ojos Lannister difícil de erradicar. Pero Ned había confiado demasiado; Baelish estaba de pie junto al trono de hierro, acompañado de la Araña Varys… Si alguna vez en la vida había pensado que aquellas personas eran dignas de confianzas, es porque estaba completamente de remate. Ninguno de los rostros que llenaban ese salón resultaba confiable, aunque juraban a los siete que no traicionarían a sus supuestos amigos.

Luego de que se anunciara que la sentencia sería anunciada en el monumento a Baelor, todas las personas dejaron el inmenso salón, entre esos Erin quien no esperaba pasar un minuto más en esa ciudad. Ya había comenzado a hacer planes para regresar a la Roca cuando las noticias de la detención de su primo Tyrion Lannister por Lady Catelyn Stark llegaron a sus oídos. Aparentemente, su primo había atentado contra la vida de uno de los hijos menores de la mano del rey, inhabilitando a la pobre criatura al uso de sus piernas. Erin no podía creer aquello; Tyrion nunca había sido una mala persona, y aunque no lo hubiese visto en muchísimo tiempo, podía poner ambas manos al fuego por la inocencia del enano. A partir de ese evento, las cosas fueron en escalada hasta que Jaime había matado a todos los guardias de Stark por la liberación de su hermano. Si bien Robert había intentado razonar con su amigo por la liberación de Tyrion, Eddard no había cedido y en vez, había revelado el gran secreto real… ¿Y cómo es que Erin se había enterado de todo eso? Pues los rumores corrían como enfermedades, y ese lugar estaba infestado de leprosos chismosos.

No esperaba pasar otro momento más en ese lugar, por lo que había insistido a su hermano en que enviase a un cuervo a su padre, solicitando que los planes de matrimonio con Lyonel Frey se acelerarán, pero también había hecho una promesa… Tywin estaría más cerca de lo que habría esperado, pero ¿sería capaz de volver a verle el rostro? Sabía que las noticias tardaban en llegar, por lo que tan pronto llegó a sus aposentos, tomó una pluma y comenzó a escribir un mensaje, con la esperanza de que al menos una persona en ese reino pudiese hacerle sentir a salvo.

Había comenzado a trazar las primeras letras cuando la puerta sonó. Nadie le visitaba en la pequeña habitación que tenía en una de las torres, por lo que le sorprendió que alguien estuviese interesado en ella.  El miedo a esperar a guardias Lannister había disminuido con el paso de las semanas, al ver que su prima parecía no hacer nada al respecto. Tal vez Jaime habría enviado a esos hombre, pero la había vuelto a ver los días que siguieron hasta que finalmente se puso en marcha hacia el norte. Cogió un candelabro y quitó el pestillo, esperando a que la puerta se abriese.

“Lancel” se sintió algo aliviada al ver a su hermano mayor. Lancel había dejado de ser el copero del rey, y su prima le había ascendido en rango. Ya no vestía estúpidos atuendos, y parecía más un señor, aunque sus ojos nunca dejarían de ser nerviosos.  No habían intercambiado más que saludos en los últimos días, aunque no era algo muy extraño en ambos, pero Lancel se veía diferente.  Ella había creído que su ascensión en la corte le vendría como anillo al dedo, pero los ojos de Lancel seguían siendo nerviosos, aún más de lo natural.  Aún recordaba aquel día en que le había pedido que escribiese a casa, pero su padre y su tío se habían marchado de la Roca y su plan había quedado ahí, sin llevarse a cabo.

A Lannister DebtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora