67.- El peor de los caminos

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Yo sabía que no serviría de nada ir al hospital para preguntar por Victoria, mi plan era preguntar en la hacienda o en el pueblo, cualquier cosa hasta que diera con ella pero no fue necesario, apenas llegué al pueblo note algo raro, la gente murmuraba más de lo que era debido y se conglomeraba cerca del palacio municipal y la comisaría.

Por un instante pensé que había llegado tarde, que ya estarían encarcelando a Luciano por lo que le habría hecho a Victoria o al revés, pero lo que encontré fue completamente distinto, aunque igual de horrible e impactante.

Al menos una decena de patrullas y un par de camionetas de la policía federal estaban delante de mi, un montón de hombres están preparándose a media calle y realmente no sé qué pensar de esto, pero todo se aclara una vez que veo a Kate Bustamante salir de la comisaría, lista para matar; corro hacia ella con una creciente angustia, por supuesto me ve venir y hasta parece que se relaja un poco, a su espalda también sale Juan José, ambos lucen chalecos antibalas.

—¿En dónde está? —les pregunto.

—Mauricio cálmate por favor, no hagas esto —me advierte Kate tomándome por los brazos, me lleva a una esquina para no llamar más la atención—. Créeme que esto ya está siendo muy difícil, si no hubiera venido con la policía federal entonces ni siquiera se estarían moviendo.

—¿Y ellos que hacen aquí?

Realmente me importa muy poco en este momento, solo sé que estoy agradecido, cualquier persona dispuesta a ayudarnos es una bendición.

—Marcelo presionó sobre este caso con un oficial que trabaja para la DEA y responde a la policía federal, digamos que tenía una corazonada sobre este asunto ¡y bingo! Luciano Altamira no solo trafica con anabólicos si no que tiene nexos con el narcotráfico, al parecer sus socios arreglaron todo para que saliera, hay muchas irregularidades con él —no me sorprende en absoluto pero si está aumentando mi tensión—. Mauricio no quise decirlo delante de la madre de Victoria pero… yo… no estoy aquí por ella, no al principio… vine aquí por el operativo, soy la única que estaba disponible y al llegar me encontré a tu padre, apenas alcanzó a explicarme, inventé que yo era su abogada y lo seré si es necesario, no voy a permitir que le pase algo, nadie lo hará, a ella le debemos el golpe que vamos a dar.

Eso suena mal y me da la misma sensación de pánico que tuve al hablar con Marcelo.

—Por favor dime que no estás hablando del cartel de Heriberto Félix.

—No lo sé a ciencia cierta, pero estamos detrás de una red de distribución bastante grande, si lo logramos Victoria será reconocida por sus méritos, dejarla morir a manos de ese hombre no es una opción —yo solo quiero salvarla, no importa el costo o a qué enemigo me eche a la espalda, no me importa nada si mi esposa sigue respirando—. Ahora tengo que pedirte que no intervengas, déjalos hacer su trabajo porque si no lo atrapan entonces, como diría mi madre, vamos a tronar como chinanpinas.

—Está vez si hablas de Heriberto.

Está historia siempre se trató de los hilos de poder que nos unían, nada es una coincidencia. 

—Lamentablemente, ya te lo dije es una red bastante grande, Angélica no se ha reportado y temo lo peor —baja la mirada, muy raro y alarmante—. Las cosas no mejoraron con la detención de Octavio Escalante y esto fue inesperado… Paola ni siquiera sabe que estoy aquí, no quise decirle, no mientras Fernando no despierte, si ella estuviera aquí…

Los Caballero [Saga Amores Incesantes #4] || CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora