Los Caballero [Saga Amores Incesantes #4] || Completa

23.- Seis pies abajo

El día de ayer fue un poco agitado y por eso no sorprendió que ninguno de los patrones llegará a dar órdenes por la mañana pero lo que si llamo la atención de muchos es que Victoria no reforzó de nueva cuenta la seguridad, debe ser principalmente porque aquí no ocurrió el incidente pero aún así es escalofriante tanto silencio.

Al primer lugar al que acudí para saber que estaba pasando fue a la casa de Rogelio pero no durmió ahí, lo sé porque todo está exactamente igual que como lo dejo mientras hablé con él ayer por la noche. 

No fue una buena plática, los hermanos Caballero aún estaban muy tensos y Helena estaba especialmente a la defensiva, yo sé que no debí gritarle pero en ese momento me encontraba desesperado, ver a mi Victoria llorar es algo que no puedo simplemente olvidar, prefiero estar sepa pies bajo tierra que tener que presenciar algo así de nuevo y además Helena me recordó mi lugar y está bien, ella tiene toda la razón.

El día de su boda yo hice un acuerdo con Victoria, le dije que nuestra relación seria meramente profesional y casi siempre lo olvido, me dejó llevar por mis sentimientos y rebasó los límites que tengo permitidos, pero es que ella tampoco me lo pone fácil, quiere mi amistad y yo quiero dársela, quiero realmente estar a su lado. 

Por hoy voy a cerrar mi mente a esos pensamientos, hay mucho que hacer y ya es tarde, salgo de la casa de Rogelio y me voy directamente a las caballerizas, al llegar ahí veo a Helena ya ensillando a Manzana, está serena lo cual es una buena señal.

—¿De mejor humor? —pregunto para llamar su atención. 

—¿Tú lo estas? —inquiere sin mirarme. 

Helena siempre me ha hablado con la verdad quizá no completa pero siempre procura dejarme tranquilo y eso quiero, necesito estar tranquilo para no ir a confrontar a Mauricio, yo no quiero problemas, solo deseo ayudarlos, esa es la razón por la cual aún estoy aquí.

—No, hasta saber que pasa —le contesto y ella pone los ojos en blanco.

No sé porque le molesta tanto que quiera ayudar a su hermana, no es para ganar puntos o destruir su hogar, yo no me voy a meter en su matrimonio, yo no soy así y ella lo sabe, de querer sabotear a Mauricio lo hubiese hecho antes de la boda. 

—Pasa que Luciano y Rosendo mataron a nuestro padre, que eso nunca nos ha dejado de doler, que lo único que queremos es terminar con él y no podemos —me dice muy enojada—. El idiota se burla en nuestras caras, se atreve a tocar al hijo de Victoria, se pasea como si nada mientras nosotros nos quedamos aquí encerrados.

Eso es comprensible hasta cierto punto, ellos se encerraron en la propiedad mucho después de la muerte de su padre, fue hasta la muerte de Rosendo que empezaron con sus actitudes extrañas, pasó lo del supuesto asalto y ahí es en dónde las cosas empezaron a ir en picada, los meses siguientes a eso fueron de lo más raros, incluyendo el aparente desprecio de Victoria por el niño, aún recuerdo muy bien como lo dejaba llorar hasta que alguien más iba a verlo y luego de la nada empezaron las salidas constantes a Pachuca y en algunas ocasiones las visitas de una mujer, Victoria nunca me dijo quién era ella, ni a qué veía o porque se encerraba tanto tiempo en el despacho. 

Hay algo malo detrás de todo esto y si culpo a Mauricio es porque todo empezó a pasar después de la boda, Victoria se volvió lo prácticamente una como una piedra y siempre pensé que era solo por imagen pero ayer, cuando la vi llorar comprendí que hay algo muy malo con ella, lo ví en sus ojos. 

—Esa no es razón suficiente para que Victoria se desmorone —ni cuando enterró a su padre lloro tanto. 

—Juan José ni tu ni yo somos padres, no sabemos las cosas que pasan por la mente de Victoria, compréndela —eso intento—. Ella se aterrorizó porque sabía perfectamente que Luciano estaba en el pueblo con la junta de ganaderos, fue mi culpa todo lo que paso, sabía que el niño no podía salir sin pedirle permiso, arriesgue su seguridad y la mía, yo me quedé paralizada de miedo, jamás nos habíamos visto cara a cara de esa manera.