43.- Alejandra

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El año inicio de una manera un tanto frenética, apenas salíamos de la cena de navidad cuando ya estábamos en la fiesta de cumpleaños de Rogelio —la cuál no estuvo tan animada este año— y por último el año nuevo, solo que apenas lo disfrutamos porque al día siguiente la madre de Victoria decidió que era buena idea irse a Jalisco con mi tía Constanza, quién no nos recibió de buena manera, para empezar nos dio una plática muy larga acerca del peligro que corremos y para terminar nos dijo que no quería volver a vernos nunca. 

Valentín parece estar tomándolo con demasiada calma y no sé como interpretar eso, él siempre es muy expresivo, todo lo que siente lo dice pero ahora parece como una pared, todo le llega pero no pasa de ahí y quizá para algunas personas eso sea bueno pero no para él, algo podría pudrirse en su interior, solo espero que cuándo este listo venga conmigo, soy el único en mundo que lo puede entender. 

Pero en lo que eso pasa tenemos que trabajar, Victoria me dejó a mi la supervisión de las palomas, la gente que contrato tardo un poco más de lo esperado en llegar, además Epitacio les puso algunas trabas cuando estaba terminando de sacar las cosas que aún tenía ahí pero al final el trabajo empezó a avanzar, ya han pintado la fachada y también reemplazaron los ventanales y las puertas del exterior, ya no se parece a la casa que conocí, no es que no me guste, es solo que es diferente y no puedo acostumbrarme.

—Buenos días don Epitacio, ¿Cómo va la gente? —le pregunto cuando lo veo venir hacía mi. 

—Van que es ganancia, perforaron el baño en dónde no era y rompieron una tubería.

Eso no me sorprende pero si me preocupa, la última vez que revisamos las tuberías descubrimos que todas están conectadas, si Epitacio no pone de su parte para ayudar a los trabajadores lo siguiente que pasará es que van a romper las tuberías de los campos de cebada y Victoria va a tener que venir y querrá matar a Epitacio.

—¿Cuánto tiempo van a tardar en repararlo? —eso es lo único que voy a decirle por el momento a Victoria— Tienen que empezar cuánto antes la construcción en los huertos.

Helena está impaciente, dice que tiene que presentar una colección en dos meses y que si le va bien la próxima será a finales de año, quiere tener todo listo para impresionar a su jefa, solo espero que esa mujer sepa valorar el esfuerzo de Helena.

—Si, ya me habían dicho —me responde Epitacio algo confundido—. La señorita Caballero —hace especial énfasis en esas palabras, solo tenía que decirme que no sea igualado y ya— está muy entusiasmada, dice que será un taller, aunque si solo va a coser vestiditos podría hacerlo en su casa.

—Helena es una diseñadora titulada, que requiere un espacio de trabajo digno de sus estudios y talento —a ver si así le queda claro—. Además es un regalo de su hermana, la quiere ver feliz. 

Victoria ha estado muy cooperativa estos días, todo lo que su hermanos piden se los da, quizá quiera compensar de esa manera todo lo que han pasado, Helena por los años que estuvo fuera de aquí y a Rogelio por la inexplicable partida de Isela.

—Helena Caballero sería feliz si no tuviera por hermana a esa mujer —me contesta Epitacio mirándome a los ojos—. Le ha quitado todo, ¿no es cierto, Juan José?

Eso solo ellas lo saben lo que pasa dentro de las paredes de su casa se vuelto un enigma para todos pero no hay nadie con las agallas suficientes para enfrentar eso, ni siquiera yo. 

—No sé a qué se refiere —digo aparentando restarle importancia—. Por favor, avísenos si hay algún otro retraso. 

Me doy la vuelta para irme pero él aún no termina de hablar. 

Los Caballero [Saga Amores Incesantes #4] || CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora