❝𝐂𝐔𝐏𝐈𝐃𝐎❞ [𝐽𝑖𝑛𝑆𝑜𝑛]

13. Cafetería

Caminaba entre las calles de Seúl con
las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, observaba cada puesto y restaurante. Había bajado a la Tierra para poder pensar con claridad, siente que en  cualquier momento su cabeza explotará.

— ¡Señor!.— giró su cabeza al escuchar la voz de su mensajero.

— ¿Soobin?, ¿qué haces aquí?.— frunció las cejas.— ¿Me estás siguiendo?.

— ¡No!.— se apresuró en contestar al ver el semblante serio del mayor.— Es solo que...SeokJin le está buscando. Y me ha enviado a buscarlo, ¿qué debería decirle?.

Namjoon soltó un suspiro, también quería tener un día sin ver a SeokJin, su sola presencia le hacía sentir más culpable.— Sólo...dile que baje a la tierra a preparar la sorpresa para nuestra siguiente cita.

— Entendido.— cuando el chico estaba por irse Namjoon le detuvo.

— Soobin.— se acercó a él lentamente.— No quiero que nadie me busque, quiero estar solo.

El chico asintió y se alejó de él para segundos después desaparecer. NamJoon siguió su camino, de vez en cuando observaba a los chicos pasar y observarlos detalladamente porque su búsqueda por encontrar al ahora chico sigue en pie. Lo único que podría darle un indicio de quien podría ser es aquella marca de nacimiento en el brazo, la marca que demuestra que es un dios.

Estaba sumergido entre pensamientos que terminó por chocar con alguien haciendo que ambos cayeran al suelo.

— ¡Agh!, ¡fíjate por dónde caminas!.— era una voz femenina.

— ¡Lo siento!.— se levantó y ayudó a la chica quien ahora tenía un pequeño raspón en el codo.— ¿Estás bien?, te llevaré al hospital si no lo estás.

La chica se revisó, y notó aquel raspón por lo que intentó limpiarlo con la manga de abrigo.

— Estoy bien, solo es un raspón.— respondió.

Cuando finalmente lograron mirarse, es como si Afrodita le hubiese susurrado al oído...amor. Hipnotizado por aquel color de ojos cafés, una piel canela, cabello largo y oscuro, pero lo que más resaltaba de la chica eran aquellos labios pintados de un rojo vivo. Por otro lado la chica le observaba con una ceja alzada, no es la primera vez que causa esa impresión en un chico pero ahora debía irse en busca de su amigo.

— ¡Espera!.

— ¿Qué?.— respondió confundida.

— Estás herida, permíteme ayudarte.— tal vez sea la excusa perfecta para sacarle el nombre.

— Ya dije que estoy bien, no es nada. Ahora déjame o gritaré que eres un pervertido.

Y Namjoon la soltó alejándose a una distancia prudente.

— Entonces...¿puedo invitarte un café?.— la chica se sorprendió. Parece que no dejará de insistir, lo veía en la mirada del chico.

— No te conozco, ¿cómo se que no eres un pervertido?.— se cruzó de brazos.

Con la mirada lo examinó de arriba a bajo, admite que parece tener un buen sentido de la moda. Está totalmente segura que el conjunto que lleva puesto es balenciaga, tal vez sea un pervertido con dinero. Pero ahora que le mira con atención...el chico es guapo.

— Prometo que no soy un pervertido. ¿Podrías aceptar mi disculpa por haberte herido con un café?.— una sonrisa con hoyuelos y ella había decidido que el idiota de su amigo podría esperar a más tarde.

— ¿Tu pagarás?.— mantenía una expresión seria, como le estuviera juzgando cuando ya lo había dejado de hacer segundos atrás.

— Eso es evidente, ¿no crees?.— dejó escapar una risa. Hasta el momento él no parece ser un pervertido.