16. Biblioteca

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Olimpo. Hogar de Artemisa

Estaba cansado de seguir contando flechas que atravesaban los blancos junto en el centro, su hermana era tan perfecta en eso que llegaba ser aburrido verla y que nunca fallara. Para ser honesto, desde que Dionisio y Cupido no están...el Olimpo se siente muy aburrido. Por lo regular suele escuchar los gritos de molestia de Cupido tratando de atravesarle una flecha por la cabeza al menor de los dioses mientras que Apollo solamente se divertía ante tal escena.

— Los extrañas, ¿cierto?.— la voz de su hermana lo sacó de sus pensamientos, estaba sentada justo de lado suyo ahora.—Bueno, para ser más exacta lo extrañas a él.

— Para que preguntas si sabes la respuesta.

La pequeña diosa solamente dejó escapar una risita. Todos los dioses tenían sus sospechas de que el gran Apollo sentía una fuerte atracción por el lindo Cupido y que no les parecería extraño que algún día tuvieran una relación.

— ¿Cuando le dirás?.— su hermana se recostó en el jardín y seguido lo hizo su hermano.

— ¿Decir qué a quien?.— sabía exactamente a qué y de quién se refería.

— No te hagas el desorientado. ¡Hablo de Cupido!, es evidente que tienes sentimientos por él.

— ¿Cupido?, ¿sentimientos por él?. ¿Qué es desorientado?.—bromeó, pero lo único que se ganó fué un golpe en el pecho.—Ouch, ya deja de ser tan fuerte.— se quejó con una mueca de dolor en los labios.

— Habla.—insistió.

Apollo simplemente suspiró y cerró los ojos. Él también estaba cansado de seguir fingiendo que todo está bien desde la última vez que tuvo "intimidad" con Cupido, ya estaba harto de mantener esos sentimientos atrapados en un pequeño baúl dentro de su corazón.

— Artemisa, no creas que es sencillo para mi ir y decirle...¡hey Cupido!, ¡me gustas mucho, ¿podría besarte?.— añadió fingiendo una sonrisa.

— Woah, incluso lo quieres besar~

Las mejillas de Apollo se tornaron rojizas, se levantó del césped y antes de irse su hermana le detuvo del brazo.

— Apollo, sólo no lo pienses más. Yo sé que Cupido también siente lo mismo por ti, no por nada solía venir tan seguido a mi hogar con la excusa de que necesitaba que le diera más lecciones cuando los tres sabemos que Cupido ya es un experto con las flechas. Es claro que él usaba la misma vieja excusa para verte, sabía que si no te encontraba en tu hogar seguramente estarías aquí.

El corazón del mayor se agitó, ¿eso era cierto?. De ser así, entonces tenía más motivación para finalmente ser valiente y armar todo un plan para cuando Cupido regresara de su trabajo en la tierra.

— ¿Crees...que él sienta lo mismo?. ¿Y sí no es así?.— tan pronto como llegó la motivación tan pronto se fué y ahora llegaba la inseguridad.— Artemisa hay algo que no te he contado sobre lo que sucedió con Cupido y conmigo...

La chica dió pequeñas palmadas en el césped de lado suyo invitandolo a que volviera a sentarse.

— Soy todo oídos, hermanito.—sonrió ella.

La Tierra.

Quería distraerse y dejar de pensar en las palabras de su hermana, creía que bajando a la tierra podría encontrar algo con que pasar el rato y después regresar a su hogar. Pero la idea de encontrarse con Cupido hacía que su corazón inevitablemente latiera con más fuerza, y lo que necesitaba ahora era encontrar un libro de romance al menos uno que le aconsejara como confesarse o el como expresar sus sentimientos. Suena totalmente ridículo, ¿él buscando un libro de amor para confesarse al mismo dios del amor?. De verdad estaba desesperado como para estar ahora en la biblioteca, para ser más específico...en la sección de romance.

❝𝐂𝐔𝐏𝐈𝐃𝐎❞  [𝐽𝑖𝑛𝑆𝑜𝑛]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora