(40) Hasta Que La Muerte Nos Separe

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Valentina

Estaba frente a mi cama mirando la caja donde estaba mi vestido, en unas horas más ya no seré más Valentina Carvajal, seré Valentina Valdés, al igual que Diego que hace unas semanas ya era Diego Valdés Carvajal, con todo los preparativos de la boda y lo sucedido con mi padre y el padre de Juls se nos había olvidado. Levante la tapa de la caja y moví el papel que cubría el vestido, lo tomé entre mis manos, mi corazón latía a muy rápido.

-¿Valentina? —esa era la voz de su madre—Aún no estas vestida.

—Mamá, perdón, estaba pensando —le contestó —Estoy algo nerviosa, para no decir bastante —sonreí nerviosa.

—Eso es natural —me dijo mamá acercándose a mi —En el tiempo que yo me case con tu padre, cuando él era ese hombre increíble, generoso y todas esas virtudes que tuvo antes de caer en el vicio, yo también estaba tan nerviosa como tú, muy nerviosa, pero al caminar hacia el altar y ver que me esperaba con una sonrisa en los labios esos nervios se esfumaron y solos fuimos él y yo —las palabras de mi madre me calmaba —.Te ayudaré con tu vestido para que luego vayas por el maquillaje —yo asentí y tome el vestido para sacarlo de la caja.

Juliana

Estaba caminando de un lado a otro, se suponía en mi traje llegaría temprano, ya que lo había mandado hacer a la medida y llevaban 10 minutos de atraso.

—Ya deja de moverte —me pedía Michel que ya estaba bien arreglado —Tal vez hay trafico. Se paciente queda bastante para que nos vayamos.

—Comenzamos muy mal, anoche no podía dormir, lo hice muy tarde, me quedé dormida y desperté tarde, el maldito traje no queda, parece que la vida no quiere que me case hoy.

—No seas dramática —me dijo, los dos estábamos en el que antes era mi cuarto en la casa de mi padre.

—A todo esto, ¿Donde esta papá? —le pregunte.

—Tuvo que salir con urgencia.

—¿En serio? Justo ahora —le dije —¿A donde?

—No me dijo —me contesto, en eso tocaron a mi puerta, fui abrir, era Gigi con una caja, ella también estaba lista.

—Ya llegó, mi niña —me lo paso.

—Gracias, Gigi —le dije.

—Bien, yo te dejo sola. Te espero abajo — me aviso mi hermano junto con y salieron los dos juntos de habitación. Abrí la caja y mire mi vestido, se veía increíble.

Narrador

La morena bajaba por las escaleras ya con su vestido puesto y arreglada, ya que después de que llegara su vestido también habían llegado una peluquera y maquilladora particular, su ropa parecía de color blanco, pero en realidad era de un color crema, estaba usando un pantalón largo de pata ancha, arriba una especie de corsé y sobre su cuerpo una capa del mismo color, el cabello suelto y ondulado.

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Llamas Gemelas [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora