Llamas Gemelas [Terminada]

(12) Adiós, ¿Pará Siempre?

Valentina

-¿Qué vas hacer cuando volvamos? —me pregunto Teo mientras caminábamos por la orilla de la playa alejándonos un poco.

—Pues, ver a mi madre y mi hermana, abrazarla —conteste —¿Y tú?

—Lo mismo, a mis padres y hermanos — contestó con una sonrisa —No deberíamos perder comunicación. Se que no quieres una relación aun, pero quiero seguir viéndote y que nos conozcamos más, quizá te haga cambiar de opinión —ahora su sonrisa era coqueta, yo solo sonreí.

—Esta bien.

—¡Si! —exclamó feliz —No te arrepentirás—aseguró —Soy una persona paciente.

—Creo que deberíamos volver, ¿no?

—Bueno —juntos dimos media vuelta y volvimos donde los demás, note la mirada de Juls, miraba a Teo y a mi con el ceño fruncido, desvío la mirada y se fue con un grupo de personas entre ellos Lily y su abuela.

*      *     *

Hoy hacia un calor de los mil demonios, y eso que estaba en pantalón corto de tela delgada y un top blanco con tirantes, me había tomado el cabello también. Con Teo y otras personas decidimos ir a la laguna, tal vez encontraría a Juls ahí.

—¡Valen! —al oír su voz sonreí, le di un abrazo, tomó mi mano y me llevó hasta donde estaba su abuela y Juls —Ven siéntate con nosotros —eso hice, note que Juls estaba algo más alejada y distraída, mirando hacia un punto desconocido.

—¿Qué le pasa a Juls? —le pregunté.

—No se —contestó la pequeña —A estado así desde que llegamos aquí. Parece triste.

—Eso veo —le dije —Voy hablar con ella — le avise, ella asintió, me levante y camine unos 5 pasos hasta llegar, me senté a su lado —Hola —me miro y sonrió pero con su mirada triste.

—Hola.

—¿Qué haces aquí tan alejada? —le pregunté.

—Solo quería pensar.

—¿Segura? —me miró confundida —Es que Lily dice que estas triste, ¿es verdad? —me miró a los ojos, su mirada era intensa, esa mirada que me gustaba tanto.

—N-no, estoy bien —contesto, no le creía mucho —¿No me creés? —yo negué, sonrió con ternura.

—Se que algo te pasa —le dije.

—Anoche no viniste —cambio la conversación de repente.

—Iba a venir, pero Teo se me cruzó en el camino —le dije.

—Lo sé —la mire extrañada —Karina apareció aquí en ves de ti y me contó.

—Espera, ¿por qué vino ella aquí? — pregunté molesta.

—Ella sabe lo que hemos estado haciendo esas noches —contestó.

—¿Nos estaba espiando? —volví a preguntar, ella asintió —¿De qué hablaron? —pregunté curiosa —O si es que hablaron.

Si, esos eran celos.

—De ti —esa respuesta me sorprendió —Ella me confesó que yo le gustaba y que lo que hacíamos tú y yo era solo una atracción—yo solo la miraba mientras hablaba — Pero yo le confesé que tú me gustas a mi — abrí más los ojos, ya me lo había dicho antes, pero volver a oírlo se me aceleraba el corazón —Me preguntaste si estaba triste...pues si, lo estoy. Estoy triste por que la chica que me gusta no siente lo mismo por mi y duele, sabes —mis ojos comenzaban arder al ver los de ella cristalizados.