Llamas Gemelas [Terminada]

(32) Un Nuevo Integrante

Juliana

Cuando llegamos a casa Val aún seguía nerviosa, ese encuentro con su padre la puso muy mal, pero la entendía el hombre era un desastre y además un sinvergüenza sin escrúpulos, Lucía se entero y nos acompañó a casa, también Ruby. Prepare una infusión de hiervas para que Val se calmara un poco, lleve la taza hasta la sala, Val estaba sentada en el sillón y al lado de ella Diego aferrado a ella.

-Esto te hará bien —le dije dándole la taza ella la recibió.

—Gracias —me dijo, bese su cabeza y bebió uno sorbos.

—No puedo creer el descaro de León — habló Lucía —Aparecer después de tantos años.

—Deberíamos avisar a la policía —sugirió Ruby.

—Si, es verdad —volvió hablar Lucía —Le hablaré a Montilla —se levantó con su celular en la mano y se alejo.

—¿Mejor? —le pregunté a Val sentandome a su lado.

—Si, gracias —contestó con una media sonrisa, me acerque para besar sus labios, iba hacer corto pero Val tomó mi rostro con su mano desocupada he hizo durar un poco más el beso —Ahora si, me siento mucho mejor —yo sonreí.

—¿Quien era ese señor mami? —preguntó Diego.

—Él...es mi papá —le contesto Val.

—Mi abuelo —afirmó —Es una mala persona y te hizo llorar —dijo frunciendo el ceño —Pero yo te voy a defender cuando te trate mal —le dijo abrazándola.

—Lo sé, eres el hombre de la casa —le dijo, lo tomó y lo abrazo dándole varios besos en su cabeza.

—Listo —dijo Lucía apareciendo —Hable con Montilla y dijo que venía para acá, no hay problema, ¿verdad?

—No hay problema —le contesto Val.

Montilla llegó media hora después, estuvimos todos presentes mientras Val hablaba con él.

—Llevó muchos evadiendo a la policía — habló Montilla después de que Val le contará lo sucedido —Obviamente vio una oportunidad al saber que usted se va a casar con la señorita Valdés. La casa y su trabajo estarán vijilado por algunos de nuestros hombres día y noche.

—No creo que sea necesario en la noche, puede ser solo en el día —sugirió Val.

—Claro que es necesario señorita Carvajal—le dijo Montilla seriamente —Él hombre es capas de entrar a su casa y ojala Dios no lo quiera y podria tomar a su hijo he intentar cualquier cosa, por eso es mejor prevenir que lamentar.

—Tiene razón Val —le dije, me miró y asintió.

—Esta bien.

—Excelente —dijo Montilla, se levantó —Iré a jefatura y le enviaré hoy mismo a mis hombres para que vigilen —nos aviso, nos despedimos de él, minutos después su mamá y Ruby se fueron. Los hombres de los que habló Montilla llegaron a la hora después, hablamos con ellos para conocerlos, sus nombres eran Roberto y Fabrizio, eran unos hombres de unos 30 a 35 años.

Después de comer Val fue dormir a Diego, él también estaba algo nervioso por lo sucedido en la tarde y le costó un poco quedarse dormido. Yo estaba ya acostada viendo un poco de televisión hasta que Val apareció.

—Por fin pude lograr que se duerma —me dijo mientras se desvestia y se colocaba su pijama, ya lista se recostó a mi lado.

—Estaba asustado —le dije —¿Como estas tú?

—La verdad es que mejor —dijo sonriendo—Aún que me haría sentir mejor otra cosa—dijo mirándome a los ojos y mordiéndose los labios, tomó el control y apago la televisión, se coloco sobre mí y se quito el pijama que era un camisón de seda color negro con encajes quedando completamente desnuda ante mis ojos, sin mas la atraje hacia mi desde la nuca y la bese apasionadamente mi pijama me lo quite en segundos y me puse sobre ella sin dejar de besarla y acariciar todo su cuerpo.