(46) Martina Y David

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Juliana

Habían pasado dos semanas desde que volví a casa, los niños me habían perdonado por lo que había hecho. Esas dos semanas Val se había quedado en casa mientras yo la cuidaba, aun que ella se molestaba un poco cuando le ponía demasiada atención, pero a mi me gustaba hacerlo y además se lo debía por como la trate esas dos semanas atrás.

Estaba preparando el desayuno temprano, Val ayudó a Aby con su ropa y peinado. Tenía la mesa ya lista.

-Buenos días, mamá —ese era Diego.

—Buenos días, hijo —lo salude —Ahí esta el cereal y la leche, las tostadas y el jugo —le decía mientras estaba friendo los huevos con tocino.

—¡Mami! —esa era la voz de Aby, siempre tan entusiasta.

—Hola, mi princesa —apague el fuego y le di un beso —Ve a sentarte con tu hermano—y eso hizo.

—Eso huele muy bien —habló Val mientras iba con la paila y la dejaba sobre un plato.

—Buenos días, mi amor —le di un beso.

—Buenos días —me dijo casi susurrando al cortar el beso y sonrió.

—¿Porque están despiertas tan temprano? —nos preguntó Diego.

—Hoy a tú mamá le toca hacerse una eco grafía —le conteste.

—¿Van a saber si es hermanito o hermanita? —preguntó Aby emocionada.

—Así es —conteste.

—¿Puedo ir con ustedes?

—No, hoy tienen escuela y no pueden faltar—le dijo Val, Aby desilusionada agacho la cabeza y siguió comiendo.

Al terminar de desayunar los niños tomaron sus mochilas para irnos, se despidieron de Val y nos fuimos.

Valentina

Al salir del baño envuelta en una toalla fui directo a la habitación para buscar ropa, tomé una ropa simple, pantalón liviano, una blusa amarilla sin mangas, zapatillas, me deje el cabello suelto para que se secara un poco, me coloque un poco de perfume.

—Hueles muy bien —dijo una voz detrás de mi, yo sonreí, me tomó de la cintura por detrás —Y si mejor nos quedamos un ratito más y nos hacemos unos cariñitos —me propuso, beso mi cuello lentamente hasta llegar a mi hombro, corrió un poco la tela para seguir besando mi hombro, se sentía muy bien.

—Es una excelente propuesta —le dije al darme vuelta lentamente y mirarla a los ojos —Pero no quiero perder esa hora —le di un beso corto en los labios —Así que vamos —oí que soltó un bufido.

*     *     *

—Valentina Carvajal —ya nos llamaban, Juls y yo nos acercamos donde el doctor, era un hombre alto, piel trigueña, cabello corto y ojos pardos —Pasen por favor —las dos entramos.

Antes de ir a la camilla el doctor nos había contado que se había enterado de mi casi perdida. Luego de esa breve conversación me acosté en la camilla, Juls siempre a mi lado sostenía mi mano, me levante un poco la blusa, ya estaba acostumbrada a esto, de lo que no me acostumbre fue esa fría sensación del gel en mi piel.

—Por lo visto esta todo normal y correcto — decía mientras miraba la máquina.

—La cuidamos mucho estas semanas —le comento Juls.

—¿Tienen más hijos? —preguntó por curiosidad.

—Si, dos más, uno de 17 años y una niña de 12 —contestó Juls con una sonrisa.

Llamas Gemelas [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora