(5) Lily

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Juliana

Ya habían pasado 4 días y Camilo no conseguía ningún tipo de señal en la radio del avión, tampoco veíamos algún avión sobrevolando, y menos algún barco que haya visto algunas de las bengalas que lanzabamos.

El quinto día bien temprano volví con Camilo, él se quedaba dentro del avión por sí había algún tipo de contacto.

-¿Nada? —negó moviendo la cabeza.

—No entiendo. El avión debió haber enviado algún tipo de señal —dijo frustrado.

—Tranquilo, ya vendrá ayuda —le dije segura.

—Verdad que eres hija de Macario Valdés —me dijo, lo mire raro —. No me mires así, mi novia compra sus revistas.

—Entiendo.

—Así que supongo que si la hija de Macario Valdés esta perdida, él es capaz de mandar a la marina en tu búsqueda.

—Es lo más probable. Si es que se da cuenta—le dije divertida.

—¿No tienen una buena relación? —me pregunto.

—Algo asi. Pero él debió haberse dado cuenta de que no llegue es mi hermano —le dije —. Bueno, nos vemos luego —toque su hombro y salí del avión, en eso veo que Val se estaba levantando con ayuda de un palo grueso, me acerque rápido —¡Hey! ¿Qué haces?

—Que no ves, me levanto —contestó.

—Pero aún no estas bien. Debes descansar.

—Estoy aburrida de estar sentada. Además me siento bien, no me duele tanto —me dijo con una sonrisa que aceleró mi corazón, dio un paso con ayuda del bastón improvisado y este se quebró, no era muy resistente, logré sujtar a Val por la cintura, quedamos muy cerca la una de la otra, sus hermosos ojos y sus carnosos labios rosados estaban a centímetros de los míos, mi corazón iba como avión, no dejaba de mirarme y yo tampoco dejaba de acerlo, salí de mi trance —T-te lo dije —me miró avergonzada, la ayude a volver al asiento.

—Lo siento —se disculpo.

—Esta bien —le dije —. Entiendo que estés aburrida, pero si quieres levantarte pide que alguien te ayude, ¿bueno?

—Tu no estabas —me dijo —. Quería que me dieras un paseo o algo. No conozco a nadie mas.

—Ehh...perdona, estaba con Camilo.

—Ah... ¿Logró comunicarse con alguien? — preguntó, yo negué, soltó un bufido —. Seguramente ni si quiera nos estén buscando —vi que sus ojos se cristalizaban, me puse en cuclillas frente a ella, me miró.

—Tranquila —acaricie su mejilla —. Yo estoy segura que nos están buscando y nos van a encontrar. Verás a tu familia pronto —le sonreí, ella asintió y sonrió también, seque sus lágrimas, otra vez nos quedamos mirando y yo no quitaba mi mano de su mejilla y menos la deje de acariciar, a ella no le molestaba tampoco.

—¿Han visto a Lily? —preguntó Clara rompiendo nuestra burbuja, la mire.

—No —conteste —. Tal ve... —fui interrumpida.

—¡Juliana! —fue un grito, las tres giramos, era Teo, me levante de golpe al ver que traía a Lily en sus brazos.

—¡Lily! ¿Qué le paso? —preguntó Clara mientras la ponían en mi asiento.

—Estaba jugando con los niños, dijo que se sentía mareada y se desmayo —contestó Teo.

—¡Dios mio! —exclamó la mujer —. Necesita de su insulina —todos la miramos — Siempre lleva su bolso, donde esta su tablet, su cuaderno de dibujo, lápices y la insulina.

Llamas Gemelas [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora