Llamas Gemelas [Terminada]

(23) Fin De La Farsa

Valentina

Me di vuelta al otro lado de la cama, pero al sentir ese lado vacío desperté, Juls no estaba, ni su ropa, tampoco vi si dejo alguna nota disculpándose por irse tan temprano, me puse la bata y las pantuflas, fui a la habitación de Diego, tal vez ahí podría estar, pero tampoco, entre de todas formas ya que Diego dormía con la cabeza colgando y toda la ropa de cama desordenada, lo acomode y lo volví a tapar, salí de su habitación y me dirigí a la cocina, comencé a oler algo rico, camine más rápido y ahí estaba Juls, en la cocina, olía a hotcakes, apago la cocina y al girarse me vio y sonrió.

-Despertó la bella durmiente —me dijo mientras preparaba los platos.

—Te levantas muy temprano un día Domingo, Juls —me queje.

—Son más de las 10, Val.

—Sigue siendo temprano —le dije, ella sonrió —Mamá morirá al ver este desorden—le dije mirando el desastre en la cocina, Juls también miró.

—Perdón, no encontraba las cosas.

—Limpiamos después y no se dará cuenta—le dije y le guiñe el ojo.

—Mami, tengo hambre —dijo la pequeña voz de Diego atras de mi, entró tallando sus ojos y el cabello lo llevaba desordenado — Mami, Juls ¿te quedaste aquí?

—Si, tú mamá me suplico que me quedara—le dijo, yo la mire con los ojos entrecerrados.

—Yo recuerdo algo diferente —le dije.

—Yo recuerdo perfectamente que me súplicaste de rodilla que me quedara —le volvió a decir a Diego, él la miraba con la boca abierta.

—Es que mami te quiere mucho, mucho y no puede estar lejos de ti —le dijo Diego.

—Si, lo sé —le dijo —Como yo la quiero mucho, mucho y tampoco puedo estar sin ella —me miro y me sonroje.

—Ehhh... Será mejor que te laves tu cara para que desayunamos —le dije llevándome lo de la cocina.

Juliana

—Estos hotcakes están muy ricos —dijo Diego mientras se metía otro a la boca.

—Come con cuidado, hijo —le decía Val mientras le limpiaba la boca, los hotcakes estaban picados y con bastante caramelo — Y nada más de caramelo —sacó la botella y la dejó lejos de su alcance, Diego tomó su tasa de leche caliente dejando un bigote en su boca, Val volvió a limpiarlo —Te dije que era tan hambriento como tú —me habló.

—Si, ahora puedo verlo —le dije con una sonrisa.

—Ya no quiero más —dijo Diego.

—Bueno. Termina tu leche —Diego asintió, no le quedaba mucho y se la bebió toda, Val le limpio la boca.

—¿Puedo ir a mi cuarto para ver monitos? —pregunto.

—Claro.

—Mami, Juls —lo mire —¿Quieres venir a ver monitos conmigo? —me pregunto mirándome con sus lindos ojos azules.

—Me encantaría, hijo, pero tengo cosas que hacer algo importante —le dije.

—¿Ya te tienes que ir? —pregunto formando un puchero en su pequeña boquita, yo asentí —Pero vendrás a verme otros días, ¿verdad?

—Claro que vendré a verte cuando pueda.

—¿Lo prometes? —me pregunto.

—Lo prometo —le mostré mi meñique, lo miro y entendió y entrelazo su meñique con el mío —Promesa de meñique —él sonrió, se acercó a mi y me abrazo.