CAPÍTULO VEINTIDOS.
KAILANI.
Un mes después.
La llegada del mes de diciembre tiene a todos con una sonrisa en el rostro. En la casa de mis padres se respira un ambiente diferente desde que le dieron cita a Nemer en la clínica de Hungría. Los médicos dicen que hay una probabilidad del 60% de que el tratamiento resulte. Nosotros le tenemos todas nuestras esperanzas y fe a ese 60%
Abdel y Kayle se casaron por el civil el fin de semana pasado. Junto con Shia le ayudamos a nuestra nueva cuñada con los preparativos para la boda religiosa, la cual será sencilla e íntima.
Convecimos a Mamudh para que la ceremonia fuera más del estilo americano, ya que notamos que a Kayle le incomodaba un poco el tener que hacer algunas cosas de nuestra otra cultura.
Me veo al espejo y me siento como una princesa. Sonrío como hace mucho no lo hacía mientras no deja de repararme.
—¡Pareces una muñequita! —exclama Pilar, encantada.
—¡Déjame subir muchas fotos tuyas a mis redes sociales, por favor! —ruega Chiara haciendo un puchero.
Cómo lo presentía, Chiara y Shia encajaban a la perfección. Desde la fiesta de Halloween ambas se volvieron inseparables, incluso Chiara se ofreció a ayudar a mi hermana a escoger una buena universidad en lo que culmine el high school. Se gradúa el año entrante, mi pequeña hermanita cumplió diecisiete la semana pasada.
—No hasta que llegue a la alfombra —digo.
—Vale —accede —. Bastian tendrá una erección cuando te vea —se me corta la respiración.
—El innombrable, querrás decir —se burla Pilar.
—Ni tan innombrable —Shia habla —, porque a cada nada se lo recuerdan.
—Entiendenos —pide la hermana del susodicho —, todavía no superamos que Kastian haya terminado.
—¿Kastian? —la estilista alza la cabeza confundida.
—¿A usted no se le paga por trabajar y no intervenir en conversaciones ajenas? —inquiere mi amiga. La mujer vuelve a la suyo.
— ¿Creen que queden mejor los aretes plateados o los dorados? —alzo los dos en busca de aprobación.
—No cambies el tema tan descaradamente —me acusa Pilar —. Y los plateados.
—Ha pasado un mes y ustedes no dejan ir el tema —digo —, superenlo.
—Es que todavía no entendemos cómo fue que paso. Bella y yo le hemos preguntado un billar de veces a Bastian y él nada que nos da respuesta.
Claro que ellas no saben que fue lo que pasó, yo sólo les dije que no estábamos juntos y que no hicieran preguntas al respecto. Así como tampoco saben que ya no tengo escoltas, ellas piensan que los hombres me vigilan desde lejos mientras que Amanda es la única que está cerca de mi.
Me mudé a Beverly Hills dos días después de terminar mi relación, decidí que Calabasas me recuerda muchas cosas y cabía la posibilidad de encontrarme con cierto beisbolista, así que ahora estamos a más de treinta minutos de distancia.
Me alejé de mis amigos lo suficiente como para no ponerlos en riesgo pero que a su vez no sospechen algo, mi excusa es que estoy concentrada en mi nuevo proyecto. De cierta forma agradezco a Bastian por no haberle dicho a alguien sobre el despido de los guardaespaldas, sé que si Abdel se entera pegará el grito en el cielo, y ni hablar de mi madre.
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HABACH: El precio de la fama. ✓
AléatoireHollywood no se reduce únicamente a la fama y el poder; también está impregnado de envidia y avaricia. La vida en este entorno no garantiza felicidad ni seguridad; en cambio, puede llevar a la infelicidad y a un constante estado de vulnerabilidad. K...