CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS
KAILANI.
Noviembre, 10
Los reporteros paparazzis no se conforman con nada, he dado una conferencia de media hora en la que expliqué todo y aún así me imposibilitan subir al Rolls Royce de Bastian.
—Señores, la rueda de prensa ha terminado. Les pido que dejen marcharse a la señorita Habach —Arrioja intenta razonar con la multitud.
Se me atraviesa una mujer poniéndome el micrófono en la cara y la cámara del otro lado enfocándose. Todos hacen lo mismo y de pronto siento que estoy a nada de desfallecer. Miro a Bastian en busca de auxilio.
—En lo qué logremos subir al auto nos abren paso con las camionetas —ordena Bastian al jefe de escoltas.
—¿Qué hacemos si se nos atraviesan, señor?
—Los atropellas —le golpeo el brazo —. ¿Se te ocurre algo mejor?
Anda insoportable.
suspira pesadamente —Joder, no sé que van a hacer, para eso les pago. Se las ingenian.
Las preguntas me tienen agobiadas, unos preguntan lo mismo a cada nada y otros preguntan lo primero que se les pasa por la mente. Las preguntas van desde mi hija hasta mi regreso a las pantallas.
—¿Tiene proyectos en puerta? —pregunta una.
—¿Como reaccionó su hija ante la noticia de su regreso? —lanza otro.
Bastian me apega a él cuando un hombre intenta tocar mi brazo.
—¿De qué forma apoya a su novia en esta dura situación? —esta va hacia Bastian.
—Señores, déjennos pasar, por favor —pide Arrioja.
Se hacen los sordos y siguen hablando como si no les acabara de contar hasta lo que no debí decir hace menos de cinco minutos. Veo el auto lejísimo, quiero flotar por encima de esta gente y adentrarme en el auto para salir de aquí.
—¿Podrías responder nuestras preguntas, Kailani? Estamos preocupados y... —dejo de escucharla porque me obstina.
Logramos acercarnos más al auto y veo una luz de esperanza. Comienzo a moverme sin importar si empujo o piso a alguien, porque en este punto no me interesa nada.
—Mi prometida no responderá más preguntas. Gracias —habla Bastian.
Todos se detienen de pronto, dejándonos el camino libre, y es que no sé si es porque quedaron en shock al oír la palabra "prometida" o es que el tono cordial en que lo dijo los dejó convencidos.
Sea lo que halla sido, lo veo como mi héroe. Subo al auto y luego de cerrar mi puerta, Bastian rodea el coche subiendo igualmente. Lo enciende y por fin salimos de ese nido de locos fastidiosos.
Pilar.
《¿De qué color será el traje de Bastian?》
《Cody compró uno negro que lo hace ver delicioso y no lo quiere usar porque cree que tu Hitler usará uno así》Respiro hondo. Los preparativos de la boda me tienen mal. Pilar, Amanda e Izabella me ayudan con todo lo relacionado a la decoración de la iglesia y la ceremonia, mientras que Chiara por supuesto se encarga de la fiesta, pero aún así a cada nada me llegan sus mensajes preguntándome cualquier bobería y sinceramente estoy a punto de tirar la toalla.
《¿Sabes? Me siento agobiada. Quiero una boda sencilla. Tirar la casa por la ventana hará que mis neuronas estallen》
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HABACH: El precio de la fama. ✓
De TodoHollywood no se reduce únicamente a la fama y el poder; también está impregnado de envidia y avaricia. La vida en este entorno no garantiza felicidad ni seguridad; en cambio, puede llevar a la infelicidad y a un constante estado de vulnerabilidad. K...