CAPÍTULO VEINTISIETE
BASTIAN.
-... y con respecto a Serena, no te preocupes, la dejaré a cargo de unas cosas en Milán, pero no tendrá nada que ver con el conglomerado.
-Eso espero -me siento a la cabeza del escritorio -, esa mujer es una plaga.
-Esa plaga es tu tía.
-Serena tiene el apellido porque mi abuela se la quiso dar de la madre Teresa de Calcuta y hacer una caridad por la indigente del centro -ríe con algo de culpa.
-Bastian, por Dios -sigue riendo -, Serena como sea es parte de la familia y tienes que guardarle respeto.
-Y las vacas vuelan -tomo de mi agua mineral -. ¿Algo más?
-¿Me estás corriendo?
-Si, tengo cosas que hacer.
-Que hijo tan encantador tengo -se levanta acomodándose el traje -. Supongo que nos vemos en la pista del jet a la media noche, como habíamos acordado.
-Supones mal -menciono -. Ya no me instalaré en Italia.
cae de culo en la silla -¿Que carajos Bastian? Ya todo estaba listo para ti, ¡se les anunció a los empleados que te harías cargo tú mismo de todo!
-Pues ahora anuncien que no los voy a honrar con mi presencia -reviso la hora en mi móvil -. Se me hace tarde, Lino.
-No, no -toma mi teléfono y lo arroja al sofá -. Ahora mismo me vas a decir porqué cancelaste todo. ¿Si entiendes que esto no es como si hubieras suspendido un viaje cualquiera? Al tú no estar debemos buscar a alguien que sea tu reemplazo, suspender los compromisos que ya tenías con los proveedores y compradores, enviar un comunicado a la prensa para que suspendan la entrevista que te conseguí con-
-Si, si, ya entendí, hay que hacer muchas llamadas -agito la mano para que se calle -. ¿Tranquilizate, si? No es como si tu te fueras a encargar de todo, para algo hay un empleado que se encarga de ello.
-¿Por qué te quedarás? -pregunta -. Digo, si es que te vas a quedar, porque no se si es que te dio por abrir una sede en Kazajistán e instalarte allí.
-Mira que no es mala idea -le tomo el pelo.
-¿Es por el equipo? -sigue insistiendo -. Bastian, a la mierda, cómprate un equipo si es lo que quieres, pero no descuides la empresa por el béisbol.
-Kailani está embarazada -le informo sin más. No sé me da crear suspenso.
-¿Qué?
-Si, eso dije yo -vuelvo a tomar agua. Tengo demasiada sed.
-¿Es tuyo? -me levanto y voy por mi móvil.
-Pues eso espero, porque si no soy un cornudo -ironizo.
Mira hacia abajo. Yo sólo estoy impaciente porque se vaya.
-¿Seré abuelo? -creo que le quiero escupir en la cara.
-Si te vas a poner sentimental avísame para tirarme por el balcón.
-¡Deja de ser tan malnacido, Bastian! -se acerca -. ¿Cuantos meses tiene?
-¿Y yo que voy a saber? -miento, yéndome hacia el escritorio.
-Dios, te voy a pagar unas clases prenatales -lo observo con el ceño fruncido.
-¿Y esa pendejada que es? -cuestiono -. ¿Sabes qué? No respondas, no tengo tiempo para charlas.
Comienzo a recoger mis cosas mientras le escribo al chófer para que prepare el auto. Estoy lo suficientemente cansado como para saber que no estoy en condiciones para conducir.
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HABACH: El precio de la fama. ✓
AléatoireHollywood no se reduce únicamente a la fama y el poder; también está impregnado de envidia y avaricia. La vida en este entorno no garantiza felicidad ni seguridad; en cambio, puede llevar a la infelicidad y a un constante estado de vulnerabilidad. K...