CAPÍTULO TREINTA Y CINCO
KAILANI.
Me muerdo el labio inferior, dudosa. Releo lo poco que escribí y reparo la foto una y otra vez. Quedaron hermosas, de eso no hay duda, pero, ¿es momento de hacer público el embarazo?
Tengo siete meses de embarazo, pronto nacerá la bebé y yo no puedo seguir ocultándome, comenzarán los rumores. Pero, me da un poco de temor que esto sea perjudicial para la situación en la que estoy ahora. De Kanan no se sabe nada, y ahora con la teoría de que alguien poderoso está con él sólo se empeoran las cosas.
Mykelti y el resto de los agentes especiales coincidieron en que, mientras tenga a los escoltas conmigo y evite estar sola en sitios públicos, no hay problema con que lo haga público, ya que sea como sea en algún momento se sabrá, y prefiero que se sepa por mí.
Finalmente hago clic en Publicar, y la fotografía junto a Bastian se postea en Instagram, Facebook y Twitter.
Los nervios toman posesión de mí cuando en menos de dos segundos de ser publicada, los me gusta y comentarios van creciendo.
—Te va a dar un paro cardíaco.
Miro a Bastian quien tiene su mirada atenta en mí. Suelto una bocanada de aire tranquilizándome.
—Estoy nerviosa.
—No me digas —me quita el móvil de las manos —. Aquí no lo necesitarás.
—Necesito ver las redes sociales —se lo arrebato volviendo a entrar en la app.
—Sólo estaremos hasta tarde, en la noche lo usas —vuelve a quitármelo, esta vez dándoselo a uno de los escoltas que lo guarda en su saco.
—Bueno —accedo no sin dejar de sentir la ansiedad de saber la reacción de las personas ante la noticia.
Bajo la vista notando que estamos a punto de aterrizar en Sicilia. Desde Roma hasta acá es menos de una hora de viaje, por lo que al comunicarnos con obstetricia en la clínica donde llevo el control, me permitieron subir al avión ya que es en el jet de los Cariecelli y tengo toda la aeronave para mi comodidad.
Los viñedos de la familia están en Sicilia, la zona más vinícola del país y la cual da mejor calidad en sus productos. La zona es inmensa, tanto que un día entero no me alcanzaría para conocer todos los viñedos, creo que ni siquiera uno de ellos, así que Bastian solo me lleva a conocer lo más relevante.
Los trabajadores saludan al italiano en su idioma natal al verlo llegar, nos adentramos a la mansión y luego volvemos a salir para empezar el recorrido.
El área es gigantesca. Hay obreros en sus zonas de trabajo que me miran con un poco de curiosidad pero a su vez me regalan una sonrisa. Se ven amigables. Tomada de la mano de Bastian aprendo un poco sobre el negocio familiar, no sólo en el área vinícola, sino también del bufete de abogados, de las fundaciones, de la administración y en todas las áreas que se distribuye lo que abarca el conglomerado más importante a nivel internacional.
Los Cariecelli han creado un imperio, de eso no hay duda. Me sorprende y a su vez me roba una sonrisa que hayan fotografías de Meredith por algunos lugares junto a otros miembros fallecidos y con vida de la familia italiana. Por lo que sé, mientras era esposa de Lino hizo grandes cosas por las empresas.
Volvemos al área de los vinos, y estoy segura de que si no fuera por mi estado probaría todos y cada uno de ellos. Hay de todo, desde los más reconocidos hasta reservas que todavía no han salido al mercado.
Ellos mismos fabrican sus botellas y corchos, por lo que me pierdo viendo como hacen el material, hasta que Bastian me lleva a un área más privada en la que hace un poco de frío debido al aire acondicionado. El castaño me ofrece su chaqueta que no dudo en recibir.
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HABACH: El precio de la fama. ✓
De TodoHollywood no se reduce únicamente a la fama y el poder; también está impregnado de envidia y avaricia. La vida en este entorno no garantiza felicidad ni seguridad; en cambio, puede llevar a la infelicidad y a un constante estado de vulnerabilidad. K...