𝒟𝑜 𝓎𝑜𝓊 𝓁𝑜𝓋𝑒 𝓂𝑒? | 𝒽𝒶𝓈𝒽𝒾𝓂𝒶𝒹𝒶

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Hashirama encuentra la carta que Madara le dejó antes de irse para siempre de la aldea.


Hashirama:

Si lees esta carta antes de irme, bien, podrías intentar detenerme. Si la lees mientras me voy, de camino a mi nueva meta, quizá mandes ninjas competentes a buscarme. Y si lees esto después de mi muerte... ¿Qué harás?

Dices que me amas, ¿y qué? La elegiste a ella.

Dices que me amas, ¿y qué? Ella es quien está a tu lado en las visitas al Damnyo, paseando por la villa o en el monte Hokage.

Dices que me amas, ¿y qué? Es ella quien comparte la cama contigo.

Dices que me amas, ¿y qué? Si ella es la madre de tus hijos.

Hashirama, no hay duda de mis sentimientos. Te amé, te amo. Eso fue real por mi parte. ¿Pero y tú? ¿Alguna vez me amaste?

Solías decirme te amo. Pero una acción vale más que mil palabras. Dijiste que me amabas; que me querías. Confíe en ti, ¿y cómo me pagaste? Te fuiste con otro... Con otra.

Ahora es ella quien disfruta tus besos y caricias; esos labios que juraste que solo serían míos, no lo son.

¿Pero sabes qué es lo que más me dolió? Que me cortaste cuando te tenía una respuesta afirmativa a aquella petición que llevabas pidiéndome cada día.

Así es, Hashirama. Iba a aceptar tener una familia contigo; tener hijos contigo; iba acceder a llevar tu semilla en mi vientre.

Y llegaste a decirme que todo se había acabado.

Y sumado al desprecio que tenía mi clan por mi... Bueno, supongo que estarán contentos de que el Uchiha más fuerte que los ha protegido ya no esté.

Por eso me fui de la aldea; no podía soportar el desprecio de aquellos a quienes amé y protegí con mi vida; aquellos por los que Izuna entregó la vida.

Y porque no quería verte siendo feliz con ella. Te amo, te amo, pero, ¿acaso tú me amaste una vez, Hashirama?

El Hokage guardó la carta del amor de su vida en el escritorio. ¡Claro que él amaba a Madara! ¡Lo seguía amando! Solo que su matrimonio con la Uzumaki fue para tener un acuerdo con ese clan.

Se levantó y en ese momento su hermano entró. Hashirama no pudo evitar destrozarse frente al albino. Tobirama solo lo abrazó. Comprendía su dolor; el matar a la persona que amas no es tan fácil...

Su más grande error fue matar a Izuna.

—¿Dónde lo pusiste, Tobi? —pidió el castaño.

—Junto al río... Me pareció bueno ponerlo en donde... ya sabes: en dónde se conocieron de niños.

Aunque Tobirama odiaba a Madara, le dio un entierro digno por su hermano mayor. Y también... le debía la muerte de Izuna.

Hashirama ignoró a Mito, quién quería consolarlo después de tener que matar a Madara. El Senju la empujó y corrió hasta el río Naka. Cerca de ahí, había un montículo de tierra. Se acercó.

—Madara... Yo... ¡Siempre te amé, te amo y te amaré, maldita sea! ¡No puedes dejarme como el malo de la historia...! —su volúmen disminuyó porque sabía que era verdad.

—Te amo... Espero que puedas perdonarme y me permitas estar juntos en la otra vida.

Una silueta encapuchada lo observaba desde lejos. Había suprimido su chakra y con lo confuso y triste que estaba el Hokage, no se dio cuenta de su presencia.

Se quitó la capa, dejando ver su cabello negro cayendo como una cascada, un ojo con el Sharingan, y otro, tapado por su flequillo. Cuando movió éste, dejó ver un ojo sin luz, en blanco.

—¿Así que me amas, eh?

𝐒𝐈𝐋𝐇𝐎𝐔𝐄𝐓𝐓𝐄 | naruto shippsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora