𝐿𝑜𝑜𝓀𝒾𝓃𝑔 𝒻𝑜𝓇 𝓂𝒶𝓂𝒶 | 𝒽𝒶𝓈𝒽𝒾𝓂𝒶𝒹𝒶

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Continuación del one-shot "heal me".



—Ne, Tobirama —llamó un azabache.

—¿Qué quieres, Izuna?

—Conocer a mi madre.

—¿Qué? Mis padres son tus padres, idiota.

—¡Claro que no! No nos parecemos en nada.

—¿Qué estás insinuando?

—No soy tonto. El único de ésta casa que se parece a mí es Madara nii-san.

Tobirama se quedó de piedra. Por supuesto que él sabía quién era la madre de Izuna, pero no sabía quién era su padre. Madara y Hashirama se habían casado hace poco y se fueron a vivir juntos. Ya tenían veintisiete años y varios de años, Madara tuvo que ir a terapia. Ahora eran felices juntos.

Izuna se fue dejando pensativo a Tobirama. De algún modo, el adolescente consiguió el diario de Butsuma.

—Bien, Tobirama. Creo que aquí podemos encontrar algo. Tu padre es médico, ¿verdad?

Era una bitácora. Y abrió los ojos y sintió que algo se rompía cuando encontró la última página.

10 de febrero.

Hoy he tenido que atender el parto de un doncel. Tenía a lo mucho, 16 años, la edad de mi hijo mayor. Todavía no sabemos quién es el padre. Su nombre es Madara, ni hijo Hashirama se ha quedado con él. El pequeño ha sido registrado con el nombre de Izuna Uchiha.

—¿Está seguro, doctor? —preguntó un moreno en el consultorio, lejos del joven Izuna, mirando alternativamente entre su esposo y el médico.

—Si, muy seguro. Felicidades, Hashirama. Madara está esperando un hijo.

—¿Un hijo? —Madara preguntó, los ojos brillando con ilusión y una pizca de miedo.

—Si. Obviamente todavía es bastante pequeño para que se le note, pero si, usted está esperando.

Salieron del lugar en medio de un silencio, Madara recordando su primer embarazo. Hashirama le acarició la espalda.

—¿Cómo te encuentras?

—Bien. Tu no eres como él, Hashirama. Jamás lo serás. No es que odie a mi Izuna, pero creo que este niño tendrá una mejor infancia.

—Eso es seguro, mi amor. ¿Quieres hacer algo especial por la noticia?

—¿Puedes preparar pasta hoy? —preguntó con timidez, escondiendo su cara en el hombro de su pareja.

—Como ordene su majestad.

—¿Crees que será niño o niña?

—Niño o niña igual lo amaremos, ¿no es así?

—Si, pero... No sé, quisiera que fuera un niño.

Siguieron caminando en silencio. Al ser adolescentes, toda la familia Senju se había mudado y ésta había cambiado rápidamente desde su juventud. Caminaron a su casa, pensando en darle la noticia a su familia.

Izuna se quedó pensando. Al día siguiente, en la cena, la matriarca Senju preguntó.

—Izuna, has estado raro estos días, no hablas con nadie y estás enojado, ¿ocurre algo?

—No —respondió de manera brusca.

—Por cierto —añadió mirando a su esposo—, Hashirama y Madara vendrán al rato.

Lo que el cerebro de Izuna entendió, con la nueva información, fue tu madre y tu nuevo padrastro vendrán al rato. Realmente Madara le debía muchas explicaciones.

La puerta de la casa se abrió y entró la pareja, el Uchiha tenía la mirada baja y se agarraba tímidamente de su esposo. La verdad, Madara siempre había sido algo tímido, pero se sorprendieron.

—¡Hola, chicos! —saludó Hashirama.

Kawarama e Itama estaban también y abrazaron a sus hermanos mayores; aún después del matrimonio, ellos seguían considerando a Madara su otro hermano mayor, lo cual le daba celos al otro Uchiha, si considerabas que ahora sabía que su nii-san era su mamá.

—Ah, Madara y yo tenemos excelentes noticias —dijo el castaño, muy emocionado.

—¿En serio? —preguntó Izuna, con tono amargo.

—Has estado muy odioso, cálmate, Izuna —lo regañó Tobirama, quién de algún modo se había vuelto más cercano a ese adolescente.

—¿Has estado de fastidioso, Izuna?

—Claro que no, nii-san. ¿O debería llamarte madre?

El ambiente de la habitación se volvió hostil. Madara en cambio, se volvió a sentir como el niño que había sido abusado por su padre. Y en lugar de gritos, el normalmente, alegre Hashirama, se adelantó.

—Izuna, cierra la boca. No le hables así a Madara.

—Pero si es mi madre, tengo derecho a saber la verdad.

—Si, quizás tengas derecho a eso, pero no a faltarle al respeto. Tú no sabes lo que tuvo que pasar Madara para traerte al mundo.

—Entonces admites que Madara era una zorra adolescente calenturienta.

—¡Izuna, ya basta! —le gritó la mujer Senju y lo abofeteó.

—¿Quieres la verdad, Izuna? ¿La quieres? ¡Bien, la tendrás!

Izuna se quedó paralizado. Nunca había visto a Madara tan... tan triste. Madara se sentó con su esposo lo más lejos de él y le dolió, en el fondo.

—Madara, no...

—¿Quieres saber quién es tu padre? Tu padre, es tu abuelo. El hombre que se supone es tu padre, es el mío. Él le hizo eso a su propio hijo. Es todo lo que te diré.

—Madara...

La atmósfera era tensa. Hasta Kawarama e Itama estaban paralizados. La respiración del azabache se iba calmando poco a poco, mientras era reconfortado por Hashirama.

—Hashi... ¿Puedes darles la noticia?, no estoy de humor para hacerlo yo.

—¿Seguro que quieres? Podemos decirles otro día.

—Hazlo, para eso vinimos.

—Um, está bien, creo. —Respiró profundo y luego intentó una sonrisa—. Madara y yo vamos a ser padres, estamos esperando un hijo.

Acarició el vientre plano de su marido y le dio un beso cariñoso en la sien.

La mamá de Hashirama gritó de felicidad y fue a abrazarlos, en tanto que Butsuma los felicitaba y le aconsejaba a su hijo (y lo amenazaba).

—Cuidarás muy bien a Madara y a tu hijo, porque si algo le pasa a mi nieto, ¡te mato a ti, Hashirama!

—Yo también te quiero, papá.

Izuna no se sentía digno de Madara; más importante, ahora buscaría a su progenitor... y lo mataría por haberle hecho eso a su madre. Lo mataré, lo mataré y lamentará el día en que se atrevió a tocar a Madara nii-san...

Hashirama, cuida bien de mi hermano... de mi madre y de mi medio hermano, por favor. Y Madara nii, lamento profundamente mis palabras, no quise expresarme así, estaba conmocionado.

—Izuna... realmente no puedo enojarme contigo por mucho tiempo —acarició el cabello de su pequeño—. ¿Quieres venirte a vivir con nosotros?

𝐒𝐈𝐋𝐇𝐎𝐔𝐄𝐓𝐓𝐄 | naruto shippsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora