𝑀𝑜𝓂𝓂𝓎 | 𝒽𝒶𝓈𝒽𝒾𝓂𝒶𝒹𝒶

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Advertencias: top Senju Hashirama, bottom Uchiha Madara, sexo anal, diferencia de edad, sexo en la cocina. 

***





—¡Pensé que eras mi amigo! —exclamó Obito.

—¡Soy tu amigo! —respondió Hashirama.

—¡Te acostaste con mi mamá!

Entonces Hashirama pensó en cómo su amistad con Obito se había ido a la mierda.

***

Había ido a casa de Obito, para hacer un proyecto escolar. Al parecer, él no estaba en casa y su madre —que en realidad era un hombre— era el único que estaba en casa. Madara Uchiha le ofreció de comer mientras esperaba a su hijo y él accedió.

Comieron y hablaron, y descubrieron que tenían algunos gustos en común. La cosa se salió de control cuando Madara se fue a lavar los platos. Hashirama tenía 21 años. Ya había terminado de crecer, y era fácil darse cuenta de que era más alto que la mamá de su mejor amigo.

Hashirama se había excitado sexualmente antes, pero nunca esperó que fuera el culo de un hombre mayor que él, el que le hiciera tener una erección.

Sin que pudiera controlarse, se colocó en la espalda del otro, restregándole todo el paquete por las nalgas.

—H-Hashirama...

—Tengo tantas ganas de follarte... ¿me dejarás?

Madara se mordió el labio inferior y ahogó un gemido cuando el menor le volvió a restregar todo en su culo y asintió. Hashirama procedió a besarlo con fiereza y luego a marcar su cuello.

Sus manos, descuidadas, bajaron hasta el pantalón del Uchiha, comenzando a bajarlo, hasta sentirlo desnudo. Entonces, él mismo también se bajó los pantalones, y con satisfacción vio como ese culo perfecto se manchaba de su líquido preseminal.

Madara se separó un poco, para quitarse la ropa interior por completo, y ya libre, alzó una pierna, lo más alto que pudo. Fue entonces, cuando Hashirama descubrió ese tapón anal.

—¿Siempre llevas esto, Madara? —mordió lascivamente su oreja, y se deleitó con la forma en la que Madara gimió.

—N-No...

—¿Solo hoy? De algún modo, ibas a hacer que te follara, ¿verdad?

Madara no respondió, pues las manos de Hashirama habían ido directamente a sus pezones, y estaban estimulandolo de forma tan deliciosa. ¿Hace cuánto tiempo que no tenía sexo?

—¿Quieres que te la meta? —preguntó.

—¡Sí!

—Suplica por ello —dijo, jalándolo del cabello.

—¡Aw! —gimió, el dolor se sentía muy bien—. Por favor, Hashirama... méteme tu pene... quiero sentirte... por favor...

—Suplicas como una perra muy obediente —y se la metió.

Madara empezó a gemir, más y más agudo, con cada golpe de Hashirama en su próstata. Prácticamente gritó cuando la mano del otro hombre bajó a su miembro y comenzó a moverla de arriba a abajo.

—¡Hashi! —gimió el más bajo, cuando por fin, llegó a un orgasmo, que se sintió increíble.

Con aquel orgasmo, las paredes del ano de Madara empezaron a contraerse, lo cual fue un detonante para el más alto, que gimió y se corrió en el culo del mayor.

Respiraban entrecortado, tratando de recuperar el aliento. Entonces, Madara se volteó para besar a Hashirama en los labios, gimiendo, pues al girarse, se dio cuenta de que Hashirama no le había sacado la polla todavía.

—¡¿Pero qué mierda?!

Asustados, se voltearon y Obito estaba ahí, con una expresión que se acercaba al enojo y a la desolación.

—¡¿Por qué te follaste a mi mamá?

𝐒𝐈𝐋𝐇𝐎𝐔𝐄𝐓𝐓𝐄 | naruto shippsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora