𝒜 𝒽𝒶𝓇𝒹 𝒹𝒶𝓎'𝓈 𝓃𝒾𝑔𝒽𝓉 | 𝓎𝒶𝒽𝒾𝓃𝒶𝑔𝒶

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Para el omega pelirrojo, que vivía encerrado a merced de su amo -y esposo-, ver al joven desmayado en su patio trasero fue una sorpresa.

Palpó su pecho en busca de señales de vida, y pudo distinguir un ligero latido del corazón. Se estaba muriendo. Él no era malo, le tuvo misericordia y no tuvo el corazón para dejarlo ahí a su merced, de modo que lo dejó en su habitación.

Lo cuidó él, no queriendo que el secreto llegase a los oídos de los sirvientes indiscretos que tenían su lealtad en donde su marido.

El chico de pelo naranja tenía fiebre y varias heridas, que le tomó unos cuantos días curar.

Yahiko despertó en una suave cama, cuando recordó haberse desmayado en el frío y húmedo césped. Abrió los ojos, solo para encontrar unos ojos morados viéndolo fijamente.

-Hum... ¿Hola? -preguntó.

-Hola... -las feromonas con olor a jazmín salieron disparadas, dándole a entender que era un omega.

-¿Eh... puedo preguntar en dónde estoy?

-Usted está en la residencia del señor Hanzo en la villa de la lluvia.

-¿D-de Hanzo?

-Así es. Mi señor esposo es el dueño de este lugar.

Yahiko se sorprendió al ver que éste Omega era la pareja oficial del hombre que más odiaba. No solo no se parecía a lo que hablaban los rumores, sino que parecía ser todo lo contrario.

En las profundidades de la villa, se decía que la Omega de Hanzo, era engreída, que quería las joyas más costosas y por eso los explotaban, que no tenía ningún tipo de piedad, y que era tan sanguinaria como su esposo, incluso que ella misma lo instigaba a matar a otros.

-Escucha... -la suave voz del pelirrojo lo sacó de sus imaginaciones-. Tienes que irte de aquí... Hanzo llegará pronto y no quiero que te encuentre aquí... Será fatal para ambos.

Nagato -así se llamaba, hermoso nombre, pensó- le dejó usar el baño, e incluso le dio un poco de ropa de los sirvientes; eso le haría pasar desapercibido y agradeció su ayuda.

-¿Te volveré a ver? -preguntó al más débil.

-Ojalá fuera así...

El omega le dio un beso en su mejilla, y un poco de su aroma permaneció en él.

***

-Esposa mía.

Nagato quiso poner los ojos en blanco. Él siempre lo llamaba con pronombres femeninos... qué pensamiento más retrógrada el creer que únicamente las mujeres eran omegas. Sin embargo, no dijo nada y se entregó a su esposo, una vez más.

***

Nagato no había escogido esto.

Vivió una infancia feliz, con padres muy cariñosos. El día en que ellos murieron, algo se quebró dentro de él. Él y sus padres se fueron a la cama bastante tarde; el menor se había presentado como omega y sus padres celebraron aquello junto con él.

Por la noche, alguien entró en casa.

Su padre no era un alfa, pero aún así, estaba dispuesto a defender a su familia; su madre también.

Ellos fueron asesinados enfrente del niño, el cual había quedado desprotegido. Esa y las siguientes noches, las pasó en casa, llorando hasta más no poder. Después salió a enfrentarse al mundo y encontrar la forma de ganar algo de dinero para poder mantenerse.

En una sociedad donde los alfas mandaban, y los omegas únicamente obedecían, la forma que encontró fue siendo vendido. Hasta que un día, su actual esposo lo compró.

Hanzo no era particularmente bueno, pero al menos no lo compartía con otros alfas, y no lo trataba de puta. Al menos su maltrato se limitaba a golpes...

Pero desde que conoció a Yahiko, quiso salir, ponerle un fin... Ser más fuerte que esa bestia. Debía salir, ponerle un fin... Volver a vivir...

***

La única mujer alfa miró a Yahiko con furia.

-¿Estás drogado?

-¡Qué no, Konan! El pobre está encerrado ahí, teniendo que ser un "omega perfecto" y no es como dicen que es...

-Hueles mucho a él.

-Sí... Konan, cuando acabemos con Hanzo, traeré a Nagato con nosotros.

Pensó que la chica de pelo morado pondría más pegas, sin embargo, ella solo murmuró un haz lo que quieras.

***

Cuando se realizó el asalto contra Hanzo, el chico de pelo naranja se dirigió por todos los rincones de la casa. Hasta que llegó a la habitación en la que él se había despertado hace un tiempo.

Su corazón y su alfa quedaron destrozados cuando encontraron al omega sin vida en el lecho, cubierto de varias flores que no lograban opacar su belleza.

Desde aquel día, Yahiko jamás quiso tomar un omega. Y cuando llegó al fin de sus días, se encontraría con aquel pelirrojo en el más allá.















N/A: Y una mierda de final, pero es que ya al último perdí la inspiración... Estoy tentado a hacerle un fanfic completo, ¿eh? Por cierto, lo del título es una "abreviatura" de la canción/película de The Beatles, "A Hard Day's Night".

𝐒𝐈𝐋𝐇𝐎𝐔𝐄𝐓𝐓𝐄 | naruto shippsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora