𝒮𝓅𝒾𝑒𝓈 | 𝒽𝒶𝓈𝒽𝒾𝓂𝒶𝒹𝒶/𝑜𝒷𝒾𝓀𝒶𝓀𝒶

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-Buenos días, agente Senju -fue la primera voz que escuchó al contestar el teléfono esa mañana, tras despertar al lado de una mujer pelirroja. Ella se despertó al mismo tiempo, tratando de buscar un abrazo.

-Basta, mujer. Te dije que solo era algo de una noche -la apartó bruscamente. Era solo una prostituta que lo buscaba cuando estaba en la ciudad; podía acostarse con hombres o mujeres, pero solo amaba a un hombre, por desgracia, ese hombre era el criminal que había estado persiguiendo los últimos meses-. Déjame escuchar.

-Necesito que vengas al cuartel hoy en la noche. Tengo una misión para ti, Hashirama.

-Entendido.

Colgó y se levantó, dejando a la mujer.

-Quiero decirte que esta es la última vez que te veo -se encaminó al baño para tomar una ducha-. Voy a por el amor de mi vida.

-¡¿Qué?! ¿Y... y yo? ¿No signifiqué nada para ti?

-Nop, ni un poquito. Trabajas en esto, podrás encontrar alguien como yo.

Después de bañarse, ella entró, aún enfurecida. Se empezó a vestir, fijándose en la hora. Buscaría a Kakashi, su compañero, que tal vez también estaría con algún ligue o con su ex esposo y su hijo. La pelirroja se vistió y él le pagó, para echarla sin miramientos. Desayunó, pensando qué comería ese hermoso criminal de larga melena azabache.

Él era un gran criminal al mando de la organización de las nubes rojas, Akatsuki. Por el otro lado, Hashirama era un agente y espía internacional. Eran el bien y el mal, el yin y el yang. Por razones obvias no podían estar juntos; el bien y el mal no se mezclan, no se atraen. Qué equivocación.

Pasó la tarde ordenando su habitación, que era demasiado grande, y arreglando todo; tenía buenas sospechas sobre su destino junto al líder de Akatsuki. A las seis fue a buscar a su compañero peli plata. Lo esperó en frente y salió, acompañado por un hombre de pelo castaño y un niño que era casi una copia suya.

-Hola, Kakashi.

-Hola, Hashirama, ¿ya nos llamaron?

-Si, al parecer Ashura tiene información sobre planes de Akatsuki. Buenas noches, señor Umino.

-Buenas noches, señor Senju -le estrechó la mano-, por favor llámeme Iruka.

-Adiós, papá -dijo el niño.

-Nos vemos, Hôki. Nos vemos, Iruka -le dio un abrazo amistoso.

-Claro, vuelve cuando quieras, Kakashi. Cuídate.

Subieron al coche negro y Hashirama condujo hasta el cuartel, que se ubicaba en un crucero en las aguas del país.

-Kakashi, nunca me contaste porque... te divorciaste de tu esposo. Digo, tienes un hijo y cuando estás con ellos luces más que nunca.

-Hashirama, tú no tienes una relación. Las relaciones implican fidelidad, y no es que me guste ser infiel, más bien, algunas misiones requieren una cubierta. Y prefiero vivir con él, separados, que serle infiel. Iruka y Hôki lo entienden.

-Yo solo tengo ligues de una noche... ya me gusta alguien más.

-Si, sé que te gusta ese criminal.

𝐒𝐈𝐋𝐇𝐎𝐔𝐄𝐓𝐓𝐄 | naruto shippsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora