𝐒𝐈𝐋𝐇𝐎𝐔𝐄𝐓𝐓𝐄 | naruto shipps

𝑀𝑒𝓃𝓂𝒶 | 𝒻𝓊𝑔𝒶𝓂𝒾𝓃𝒶

Aclaración: Algunas veces, los donceles tienen la capacidad de fecundar y ser fecundados; aquí Minato es un doncel con ambas capacidades. O donde Menma no es hijo del NaruSasu, sino del FugaMina.

—¡No permitiré que alguien dañe a mi hermano! —dijo un niño de cabellos negros y alborotados, con unos ojos azules, sujetando unos kunais, poniéndose de pie, frente a un derribado niño rubio, muy parecido a él.

Unos niños mayores no le hizo caso y se atrevió a lanzar un kunai, que cortó la mejilla del rubio, que estaba cansado y su chakra se había agotado muy rápido. No contaban conque otros dos niños pasarían por ahí.

Itachi y Sasuke Uchiha caminaban por el bosque para entrenar lanzamiento de shurikens. Escucharon el grito del niño y fueron a ver qué estaba sucediendo. Se espantaron al ver a Menma Namikaze, sujetando unos kunais manchados de sangre, con la respiración agitada y sudoroso... y... Y con unos brillantes ojos rojos con un tomoe.

Menma Namikaze había despertado el Sharingan de un tomoe; Itachi se sorprendió: solo los miembros del clan Uchiha podían despertarlo, y es más, actualmente solo el diez por ciento del clan despertaban el doujutsu.

Menma se acercó a su hermano, Naruto y lo levantó. Naruto como pudo, se abrazó a su hermano. Los hijos del Hokage se percataron de la presencia de los hijos del líder del clan de la guerra. Menma saludó con la cabeza al de las ojeras e ignoró al menor.

No tuvieron que caminar mucho, porque al poner un pie sobre la aldea, aparecieron Iruka Umino, su profesor de la academia y Kakashi Hatake, un jonin rastreador. Ambos, en especial Kakashi, se espantaron un poco cuando vieron los ojos, antaño zafiro, ahora color rubí.

—¡Naruto, Menma! —Iruka corrió hacia a ellos y el pelinegro permitió que su sensei cargara a su hermano. Kakashi se fue con ellos directamente a la torre Hokage, donde estarían el Yondaime y su esposa, Kushina Uzumaki.

—Minato-sensei, creo que tiene algo que explicarnos algo respecto a Menma —dijo Hatake al entrar al despacho. Iruka le dejó el niño rubio a su madre, quien mirando de reojo a su esposo y a Menma, procedió a llevarse a Naruto.

—Yo me retiro, Yondaime —dijo Iruka, haciendo una reverencia y saliendo.

—Kushina, ¿también te puedes llevar a Menma? —pidió.

—Claro, Minato-kun.

—¡Pero yo quiero saber, papá! —se quejó el azabache.

—Te prometo que te lo explicaré pronto, tesoro. Mientras, vete.

—¿Lo prometes? —hizo un puchero.

—Lo prometo, Menma.

Una vez la puerta estuvo cerrada y el peli plata se cercioró que no había ningún espía, el Relámpago Amarillo se aclaró la garganta.

—¿Y ya me dirá, sensei?

—Kakashi, esto es complicado... Soy un doncel —un pequeño rubor cubrió sus mejillas.

—¿Un doncel? Pero usted no luce femenino en lo absoluto.

—No todos los donceles son afeminados —se ofendió por la observación—. Como la mamá de Obito.

—Bueno, es cierto. Esto me parece revolucionario, un doncel ejerciendo un cargo político muy importante. Escuché que el hecho de que Madara Uchiha fuera un doncel fue un decisivo para que no lo eligieran Hokage, así que el que usted sí lo sea significa que ya no hay tantos prejuicios.

—Eran otros tiempos, Kakashi...

—Eso no explica porque Obito está en esta época —añadió pensativo. Los padres de su amigo eran los fundadores, Obito le explicó cómo llegó hasta ese tiempo, pero para ser sinceros, Kakashi prestó a su libro Icha Icha que a su amigo.

—Bueno, al grano.

—Perdón, sensei. Si usted es un doncel, ¿cómo carajos embarazó a Kushina y nació Naruto?

—Algunos donceles pueden fecundar. ¿Otra pregunta?

—¿Quién es el otro padre de Menma, qué Uchiha? Porque de otra no hubiera despertado el dōjutsu del clan.

—Fugaku. Fugaku es el otro padre de Menma —se sonrojó, pero a la vez había tristeza en un tono.

—¿El líder del clan Uchiha? —lo quiso decir fue ¿El tipo al que Obito le dice "el viejo verde del clan"?—. ¿El padre de Itachi y Sasuke?

—Si... Quedé embarazado de Menma un mes de que Kushina lo estuviera de Naruto.

—¿Y cómo lo tomó Kushina-san? ¿Y Fugaku? ¿Y Mikoto?

—Kushina se enojó mucho al principio, pero fue comprensiva y prometimos cuidarnos entre los dos, más que nunca por el embarazo. Aún así, no dudes que Kushina y yo nos amamos. Fugaku... no lo sé, se mostró inexpresivo, como una guayaba.

—¿Una guayaba, sensei?

—Las guayabas son inexpresivas, porque no tienen emociones. Fugaku solo me pidió mantener en secreto quién era el padre y el embarazo, fue un periodo en que tuve gastar mucho chakra para un jutsu de transformación.

—Pero gastar mucho chakra en la gestación es muy peligrosa, Minato-sensei.

—¡Ya lo sé! Mikoto... ella no sabe. No sabe que su esposo dejó un bastardo. ¿Alguien más lo sabe?

—Creo que Menma dijo que encontró a Itachi y a su hermano...

—¡Mierda! —el Yondaime se levantó tan rápido, que el el hijo del Colmillo Blanco pensó que estaban en batalla otra vez—. Seguro que le han contado a Fugaku y por ende, a Mikoto.

Minato corrió haciendo honor a su sobrenombre, con Kakashi tratando de alcanzarlo. En las escaleras que llegaban al patio de la torre Hokage se cruzaron con aspirante a líder de la aldea, Obito Uchiha. Él decidió ir con ellos pero ni apenas salieron de ahí, se toparon con el viejo verde.

—F-Fugaku... —increíblemente el Yondaime tembló con la presencia del azabache.

—Minato, tenemos que hablar. ¿Cómo carajos mis hijos —le dolió que mirara a Menma como un bastardo, aunque lo fuera— se enteraron de Menma?

—Menma despertó el Sharingan —se metió el de la máscara.

—¡¿Qué?! —exclamaron los dos Uchiha.

—Si... Naruto estaba herido así que supongo que lo despertó protegiéndolo.

Obito silbó: —Vaya, el ninja más rápido de todos teniendo un hijo con el líder del clan Uchiha... Menma será un prodigio.

—Ha sido muy difícil; no he podido explicárselo a Mikoto y a Sasuke. Por cierto, se ofendió porque Menma despertó el Sharingan antes que él.

—Yo desearía que nunca lo hubiera despertado —el de ojos azules agachó la cabeza, conocía las consecuencias del dōjutsu ocular; llevaba a la mayoría de los Uchiha a perderse en el sendero del mal y el odio.

—Tendremos que decirle la verdad a los chicos, Minato —finalizó Fugaku.