Despierto de golpe con la respiración agitada y mi cuerpo bañado en una capa de sudor. En mi mente ronda nuevamente la figura de un chico ahorcado en un baño, colgado de una soga vieja y sucia, pero no logro ver el rostro de la persona.
Me levanto un poco asustada y salgo de manera silenciosa al pasillo para dirigirme al baño de la casa, el cual se encuentra en el primer piso.
Me paso una toalla pequeña por el cuerpo y la lanzo al cesto de ropa sucia. Darme un baño a esta hora significaría despertar a mi madre, junto a una ronda de explicaciones sobre mis pesadillas, por lo que prefiero esperar unas horas y ducharme para ir al colegio.
Me cambio el pijama y miro la hora, las 4:38 am. Intento acurrucarme en la cama para conciliar el sueño, pero no, no puedo, algo me lo impide, lo que significa que mañana estaré muriendo de sueño en el colegio.
༺✞︎༻
—¿Mala noche? —me pregunta Lucas y asiento.
—No dormí muy bien —suelto un bostezo.
—Traje mi termo con café —sonríe —¿Quieres tomar un poco antes de que inicie la clase? —asiento.
—¿Me das a mí? —pregunta Javier.
—Tú tienes tu café —le responde mi mejor amigo.
Lucas me extiende el pequeño vasito del termo con un café bastante cargado y dulce, de seguro esto me ayudará a despertar un poco y mantenerme cuerda al menos para la primera hora de clases. Cuando voy por la mitad, Lu aparece, pero el día de hoy va con una media coleta y la radiante sonrisa que tiene siempre.
—¡Pero qué rostro! —me da un beso en la mejilla —Hola guapo —le da un beso a Lucas —Hola tú —le arrebata un trozo de chocolate a Javier.
La campana suena y antes de que Juan, el profesor de matemáticas entre, aparece Azrael y mueve su cabeza en forma de saludo. Juan cierra la puerta y antes de poner avanzar a su lugar, golpean y aparece Samael.
—No tolero las irresponsabilidades —dice Juan —Así que espero que esta sea la primera y última vez que llega tarde.
—Lo siento —murmura el pelinegro y avanza directo a su lugar con la cabeza agachada.
—Saquen sus cuadernos y comiencen a anotar lo que dejaré en la pizarra, ya que no quiero perder tiempo.
Pongo los ojos en blanco y me giro para sacar el cuaderno de mi mochila colgada en el respaldo. No entiendo la manía de este hombre de hacernos trabajar como máquinas. Cierro la mochila y levanto la mirada, encontrándome con la de Samael, quien me guiña un ojo.
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El collar de la Muerte
Mystery / ThrillerUna extraña atracción era la que nos unía como amantes, ya no era sólo algo físico, sino que había una rara fuerza sobrenatural que me hacía ser un imán para ellos, un imán de lo bueno y lo malo, aunque también esa misma fuerza me hizo volverme el i...