IX

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Froto mis manos contra mis ojos, para luego abrirlos de manera lenta

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Froto mis manos contra mis ojos, para luego abrirlos de manera lenta. A pesar de que está completamente oscuro puedo reconocer mi habitación. Me muevo de manera suave y mi espalda roza algo.

—¡Ah! —grito. 

—¡¿Qué pasa!? —grita Lu. 

A los segundos se escuchan unos pasos alborotados y luego Lucas junto a Javier entran a mi habitación, sin pantalón y sin chaqueta ¿Qué se supone que pasó?

—¿Estás bien? —pregunta Javier.

—Sí  —asiento —¿Qué pasó? ¿Qué hora es? ¿Cómo llegamos? ¿Mi mamá sabe...?

—Calma —Lu me interrumpe, mientras apoya su mano de mi espalda para acariciarla de manera suave.

—Tu mamá se tomó una pastilla para dormir —me explica Lucas —por lo que tu grito no la despertará —se acerca a la cama junto a Javier y se sientan —Te encontramos desmayada en la sala de la casa abandonada, por lo que te trajimos a casa y tu mamá se encargó de avisar a nuestros padres que estaríamos aquí.

—Le dijimos a tu madre que te desmayaste por culpa de la altura —dice Javier.

—¿Entonces no saben qué me pasó? —los tres niegan con la cabeza.

—Escuchamos un ruido y bajamos —habla Lu —pero ya estabas en el suelo. 

—¿Viste algo extraño? —pregunta Javier. 

¿Ver algo? Claro que no, estaba completamente oscuro, ni siquiera lograba ver mis propias manos, pero si escuché que alguien me llamaba, juro haber escuchado una voz entre la oscuridad. Sentí que alguien me empujaba, aunque si solo éramos los 4 dentro de la casa ¿Quién pudo haber hecho eso? Posiblemente, sea parte de mi imaginación intentando decir algo.

—No vi nada —respondo —Estaba todo oscuro, de seguro si fue la altura y me subió un poco la presión —me encojo de hombros.

—Pero ¿Ya te sientes mejor? —me pregunta Lu.

—Sí —le sonrío.

—Entonces deberíamos ir a dormir —dice Javier entre bostezos.

—Duerman bien —sonrío.

༺✞︎༻

El toque de campana se hace presente y abandono el lugar de Javier, para volver al mío.

Yanara, nuestra profesora de literatura, hace su aparición y todos se colocan de pie para saludarla. Deja sus cosas de manera rápida sobre el escritorio y luego se pone frente a toda la clase.

—Buenos días, chicos —nos sonríe.

—Buenos días Yana...

El collar de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora